martes, 8 de julio de 2014

En ocasiones llegan cartas…



Recibir cada día la correspondencia en nuestra casa no es fruto de la casualidad ni de la magia. Llega gracias a un abnegado grupo de trabajadores que están desarrollando su función en unas condiciones que distan mucho de ser las apropiadas. Pero ante todo, el correo llega porque nosotros pagamos con nuestro dinero este servicio fundamental. No lo olvidemos.
Por eso mismo, (porque nosotros pagamos el coste del correo), no podemos quedar impasibles ante la asombrosa depauperación del servicio, que en los últimos tiempos estamos sufriendo.

La fotografía que ilustra este artículo, la acabo de hacer hoy, a las 14.00 horas. Refleja fielmente lo que me he encontrado al llegar de trabajar.
Asombrosamente, bajo la puerta había 11 cartas de: bancos, administración pública, facturas, revistas y una citación hospitalaria.
Llevaba varios días sin recibir ninguna carta, y hoy han venido todas de golpe.
Algunas de ellas fueron mataselladas en origen hace más de 2 semanas.
Por poner un ejemplo, me llega el catálogo de una exposición, que finalizaba hoy, y que me lo enviaron el 26 de junio, antes de inaugurarse….Inaudito.

Y se podrá pensar –abusando de la buena voluntad- que será un incidente puntual. Pues no. Para nada.

Esto en mi casa viene sucediendo con bastante asiduidad. Ya he trasladado quejas en varias ocasiones.
Vivo en el Casco Antiguo, pero me consta que también sucede en el Barrio de San José y en otras zonas de la ciudad. Es por tanto un mal recurrente, propiciado por la incompetencia del responsable último del funcionamiento del servicio de Correos en Calahorra. Un servicio, dicho sea de paso, que en estos momentos funciona sin suplir bajas laborales de sus trabajadores, ni se cubren las plazas de los que se jubilan, ni tampoco las de quienes disfrutan de sus legítimas vacaciones. Esto es intolerable, y los ciudadanos hemos de exigir un servicio diario y bien ejecutado, porque nuestro dinero llega puntual y nuestros sellos e impuestos van por delante.
No se puede tolerar que una carta que me envían el 26 de junio desde Bilbao me llegue el 8 de julio.

En 1991, Calahorra contaba con 18.000 habitantes y había más carteros repartiendo por las calles que los que hay hoy en día; ahora contamos con 7.000 habitantes más que entonces. Era (en 1991) una ciudad mucho menor, con menos gente, con mucha menos carga de trabajo.
Se da la paradoja de que el personal de Correos, -con mayor carga de trabajo-, también tiene peor salario. Un cartero viene a cobrar una media de unos 1000 euros al mes, supongo que bastante menos de lo que percibe la persona responsable de que cada día en Calahorra tengamos un servicio público de Correos de peor calidad.

6 comentarios :

  1. A mi hermana le llegó la carta de revisión de la ITV cuando ya le había caducado. Menos mal que se acordaba de la fecha ya que en caso contrario creo que Correos no se hubiera hecho cargo de reembolsarle la multa.

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  2. Yo vivo en Vallecas y me pasa exactamente lo mismo, entre vacaciones, bajas y despidos, a casa me traen las cartas cuando se acuerdan.

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  3. Recortes lo llaman. Antes se cubrían las vacaciones del personal fijo de Correos, yo mismo fui uno de ellos hace muchos años. Ahora hay que ahorrar a toda costa. Cada vez las zonas a cubrir por un mismo cartero son mayores.

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  4. Correos se lo están cargando, adrede, lentamente pero sin pausa, para acabar privatizándolo a beneficio de las empresas de envíos tipo SEUR, UPS y demás; mientras estas van quitándole cuota de mercado.

    Se podría hacer perfectamente al revés, y usar la infraestructura de Correos para hacer (bien) la competencia a esas empresas.

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  5. Me mandaron un paquete el viernes pasado con el servicio 48/72 horas y todavía lo estoy esperando...

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  6. Yo no sé lo que pasará en esa ciudad del artículo, pero lo que está claro es que Correos nunca ha sido tan rentable como ahora. Se gana mucho más dinero mandando un paquete de una gran ciudad a otra que mandando 150 cartas entre 75 pueblos perdidos en la montaña. Y imaginate que se hace cada vez más y que se hace cada vez menos. Por eso quieren cargárselo.

    Mi cartero es un fiera. Me han llegado cartas de la otra punta del mundo con la dirección mal. Me conoce, a mi y a todo el barrio, y es un ejemplo a seguir como profesional. Hace unos días vino a casa dos veces en la misma mañana porque "se le había olvidado un paquete", cuando podía haberlo dejado para el día siguiente. Casi ningún día termina a su hora. Hace poco me comentaba que han quitado carteros y simplemente no les da tiempo a hacer todo el reparto que tienen asignado, pero claro, que no se siente bien dejando calles sin repartir...

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