jueves, 29 de enero de 2015

Blanco Lac.



Parece mentira cómo puede cambiar un espacio (una estancia) en función de la decoración.

Sin ir más lejos, ayer me pasé por la sala Amós Salvador de Logroño para degustar la pintura de Enrique Blanco Lac. Lo primero que me sorprendió fue el espectacular cambio de registro del espacio. Parecía otro.

La exposición de Blanco Lac, -a diferencia de la que le precedió- es arte puro en su más elevada esencia. Lisa y llanamente “verdad absoluta”, porque la verdad en esta dificilísima disciplina es el resultado de no tener nada pendiente con uno mismo, y mucho menos con los demás… Es huir de obligaciones impuestas, de encargos…Es pasar de largo con las modas, no perder ni un segundo en la búsqueda de reconocimientos vacuos y dedicarse a pintar por el placer y la necesidad de crear.

Lo que podemos ver colgado en la paredes de la Amós Salvador es pintura hecha paisaje a cada trazo, y en cada uno de ellos se palpa la libertad de quién los ejecuta, sin encorsetamientos ni imposiciones. Sólo de esta manera – con libertad absoluta- puede surgir el verdadero arte.

En las obras de este pintor logroñés, fallecido en 1994 podemos sentir la más pura esencia que nace de un artista cuando utiliza el color por encima de cualquier otro vehículo para plasmar la realidad que percibe… Dejando a un lado las ataduras del dibujo y disfrutando con el alma puesta en ello. Son obras en las que todo fluye y parece casual, pero nada es por casualidad. Cada mancha de anárquica apariencia es el fiel reflejo de cada detalle del paisaje que Blanco Lac tiene delante. Pintura hecha frente a frente, para ser comida y masticada. Para ser degustada.

Hacía mucho, (pero mucho mucho) que no veía una exposición tan redonda y tan bien pintada. Todavía quedan 15 días. Mis felicitaciones para con los organizadores y mi más sincera envidia para los propietarios. Un lujo.

No quisiera olvidar otro aspecto de la exposición que no se puede pasar por alto: Es posible adquirir en la sala una monografía sobre este pintor, obra de Ignacio Gil Díez Usandizaga. Bien escrita y fantásticamente ilustrada. Un acierto descomunal (de 335 páginas) por tan sólo 15 euros. Una publicación del Instituto de Estudios Riojanos. Mi felicitación para el IER y para la Dirección General de Cultura de Pérez Pastor.

Por último un consejo: después de ver una a una las obras de esta exposición, individualmente (como casi siempre se hace) sitúese en mitad de la sala - en el centro, y desde esa posición vuelva a verlas una a una...En la distancia.

1 comentario :

  1. Hoy Sábado he ido a verla, incentivado por su artículo. Preciosa y muy bonita, y me he colocado en medio de la Sala, curiosa sensación mirar los cuadros desde tan lejos y más curioso todavía el resultado.

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