miércoles, 16 de julio de 2014

Desaparecen los árboles en el Casco Histórico.

Al nuevo alcalde de Calahorra no le gustan los árboles. Nunca le han gustado. Como mucho soporta las palmeras. Esas sí.
Ha demostrado su poca simpatía en múltiples ocasiones desde sus responsabilidades como concejal de urbanismo en los últimos 20 años, y bajo su mandato se han perpetrado varios episodios de destrucción de arbolado francamente señalables…. En los patios de colegios como Aurelio Prudencio y Quintiliano, en la Piscinas Municipales, en el Soto del Cidacos, en las calles…Y desde que ha alcanzado la alcaldía de Calahorra, los árboles en el interior del Casco Histórico vienen desapareciendo sin la menor reposición.

Estos días vemos como la Brigada Municipal de Obras y jardines está incluso tapando con cemento los alcorques en las aceras de las calles principales del Casco Antiguo, en todos aquellos puntos en los que por diferentes cuestiones faltaban árboles. Muchos de estos árboles habían desaparecido en los últimos años, evidenciando la monumental desidia de un ayuntamiento incapaz de encargar la reposición de los ejemplares que faltaban en todo este tiempo-

No se han enterado todavía que en las ciudades se plantan árboles para dulcificar el hormigón, para amenizar la vida, para dar un punto de verdor y de naturaleza, y que el Casco Histórico de Calahorra luce mejor con unos buenos árboles en sus aceras y no con yermas pasarelas de baldosa y hormigón.

La orden de taponar e inutilizar con hormigón todos los alcorques vacíos , en vez de sustituir las marras existentes por nuevos árboles, supone un coste económico importante en mano de obra y cemento, un gasto que será perdido si se quieren otra vez destapar los alcorques para plantar nuevos árboles.


En la actualidad en el Casco Histórico de Calahorra escasean los árboles, y solamente los podemos encontrar en determinados puntos. Una importante parte de los mismos han desaparecido a lo largo de los últimos 10 años y no son repuestos. Son un centenar de árboles los que faltan.
Tan sólo en la calle Cavas, de las 75 acacias que se plantaron al urbanizar la calle, han desaparecido (y no se han repuesto) 36 ejemplares, ¡casi la mitad!, dejando amplios tramos de dicha vía principal sin ningún árbol.
Lo mismo sucede en las calles Mártires, Grande y plaza del Raso, que en su conjunto han visto desaparecer 27 de los 38 árboles que María Antonia San Felipe dejó perfectamente plantados antes de abandonar la alcaldía

A esta cifra hay que unir la desaparición de 2 tilos y 5 cipreses en el rasillo de San Francisco, de 3 acacias y 4 cipreses macrocarpa en el Planillo de San Andrés, 6 catalpas en la Plaza de la Verdura, un ciprés en la Enrramada, 2 plataneros junto a Chavarría o dos moreras en el CPU Ángel Oliván…. Suma y sigue.

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