Con Sanz ni a la vuelta de la esquina.

En estos días pasados, en los que el Secretario General del PSOE de La Rioja, César Luena, ha saltado a la primerísima línea de la actualidad política nacional, una restitución mediática (pagada con dinero público) ha ubicado artificialmente en la actualidad a Pedro Sanz, el eterno aspirante a: “ser algo más” .

Es difícil imaginar lo que habrá pasado por su cabeza ante los acontecimientos en la casa del adversario. No me siento capacitado para ponerme a su nivel cerebral.
Como más evidente respuesta al terremoto político de primer orden experimentado en el PSOE, el PP de la Rioja ha optado por contraatacar con una inusual presencia mediática de su líder, sin tener nada nuevo que decir, o en el mejor de los casos para contar más de lo mismo.

El presidente del PP y del Gobierno de la Rioja se nos presenta como un gran estadista, justificando que nuevamente aceptará ser candidato a la Presidencia del Gobierno de La Rioja, porque de lo contrario el mundo encontraría su ocaso.
En un ejercicio de abnegación y responsabilidad, y para que la civilización humana no se acabe, Sanz aspirará nuevamente “si se lo pide su partido” a permanecer cuatro años más en su techo competencial, en su meta política…En aquel lugar que significa desde hace ya dos años el final del camino. El único escenario posible que no le ha sido vetado.

Sanz es sabedor de que sus aspiraciones quedaron hace tiempo sesgadas por sus propios deméritos y su inexistente talante. Pero se resiste a pasar a la reserva, a abandonar su parcela de poder, su particular reino de Taifas…. A entregar la vara de mando sobre el exiguo rebaño riojano.
Es por ello que se encomienda a sus acólitos, y del mismo modo que incumplió su palabra en 2003 (volviendo a presentarse cuando había prometido estar sólo dos legislaturas) seguirá presentándose hasta que se lo permitan. Aunque la realidad es que en el Partido Popular sobran candidatos para sustituirle y, además, mucho mejor preparados y más acordes con los tiempos actuales de la política y la sociedad, pero les falta algo imprescindible, el valor necesario para dar un golpe sobre la mesa y plantear su alternativa a Sanz y a sus modos y formas de gobernar.

En estos últimos 20 años, y pese a su esfuerzo infinito por construir un partido sistémico – rígido y excluyente- amarrado a una red clientelar sobre la que sustentar su hegemonía, el haztargo generalizado de la sociedad con las políticas anquilosadas pone en riesgo una sexta mayoría absoluta. Es ese el único motivo que anima a Sanz a pedir desde las páginas de los periódicos un consenso con el PSOE, un gran acuerdo.
Quiere el presidente que accedamos a reducir el número de diputados hasta alcanzar la cantidad justa y necesaria para que su mayoría absoluta quede lo más atada que sea posible. Anhela reducir representantes en el Parlamento de La Rioja para conseguir que las minorías pujantes (como Equo, UPyD, Podemos o IU lo tengan todavía más complicado), para que el Partido Riojano desaparezca de la cámara de representación de la soberanía popular.
Pero ante estas pretensiones, (ante esta envenenada oferta de consenso) el PSOE de La Rioja dice “NO”. Y lo dice alto y claro, sin ambages. Del mismo modo que dirá “NO” a al anhelo del PP en cercenar la democracia mediante la modificación de las reglas de juego democrático.
El manifiesto interés del PP en que las listas más votadas gobiernen en los municipios es una pretensión espuria, que solamente persigue perpetrar un fraude de ley a la propia democracia. Garantizar que pese a que pierdan la absoluta pueda seguir gobernando en contra de la verdadera mayoría. Su mentalidad autoritaria les impide entender que: “La democracia es una suma de voluntades, no la voluntad del que más suma”.

No iremos con el Presidente Sanz a ninguna parte. No apoyaremos su reforma-trampa del Estatuto de Autonomía, ni apoyaremos una rebaja de diputados para afianzar el bipartidismo. Queremos que nuestro Parlamento siga siendo el más austero de España (que ya lo es), pero ante todo que sea el fiel reflejo de nuestra sociedad; una sociedad plural en la que todas las ideologías tienen cabida, y todos tenemos derecho a manifestarnos y estar representados. Tampoco apoyaremos su pretensión de impedir que la plural voluntad de los ciudadanos componga los gobiernos en cada municipio.
Si quiere asesinar la democracia tendrá que hacerlo él solo y frente a nuestra total y absoluta oposición.