Por la poca decencia que aún os pueda quedar.

El Partido Popular de La Rioja, dispone de un gabinete de prensa que lanza notas, convocatorias y comunidados….Como todos los partidos políticos. Sin embargo, basta con leer algunos de esos comunicados para darse cuenta de que quien los redacta ,dicta (o autoriza) no superaría un test de decencia.

El alarde de procacidad al que estamos asistiendo por parte de los responsable de los posicionamientos políticos que evacua el PP de La Rioja en los últimos días no es casualidad.
Es la lógica consecuencia de una inercia que viene consolidándose desde hace tiempo, y que tiene como mayores exponentes a los líderes del partido. Si los propios referentes dentro de una formación política se dedican sistemáticamente a dar ejemplo de conductas arrogantes, contrarias al respeto a la ley y a las personas… ¿Qué frutos podemos esperar?

El PP de la Rioja se ha convertido en un reducido y anquilosado núcleo de poder con aroma a rancio, en el que desde hace lustros las mismas personas que lo manejan viven ancladas al sillón, como una garrapata a su víctima. Esta dilatada permanencia en el poder ejecutivo de la administración, y en el orgánico de la propia formación política, ha hecho mella en la credibilidad del Partido Popular. No es casual la escalada déspota, ni la defensa a ultranza de todo lo afín aunque sea indefendible. Apoyo que se cimenta en el sectarismo y en una total falta de pudor.
Se justifican las ilegalidades urbanísticas cometidas en el ejercicio del cargo público (Sanz), las irregularidades contables, el blanqueo de los 200.000 Euros de Bárcenas o la sede regional del PP (Cuevas) o los excesos “verbodiarréicos” desde los bares (Del Río)….Todo se ampara y se jalea con una desvergüenza que asusta.

Esta falta de pudor –ese descaro- se ha vuelto a explicitar hace unos días, cuando el PP de La Rioja ha saltado a los medios para respaldar la indefendible actuación de su alcalde en la localidad de Briñas.
Este alcalde, permitió que su propio hijo vertiera ilegalmente y sin autorización (en la orilla del Ebro a su paso por la localidad) los escombros y tierras sobrantes de una obra particular en su bodega. A consecuencia de este vertido, la Confederación Hidrográfica del Ebro impuso a Briñas una sanción de 10.000 Euros, que el alcalde del PP pretende pagar con dinero público de su ayuntamiento, en vez de hacer que sea su hijo el que pague la multa, como responsable que es de esa acción ilegal.
Es un caso de corrupción de manual; un alcalde, haciéndose valer de su cargo, perjudicando a su pueblo y en el único beneficio de su familia.
Que el PP riojano salga a defender a este alcalde, y a calificar su conducta como razonable – al tiempo que vomitar sobre los demás- denota el grado de podredumbre moral al que se está llegando.

Esta misma semana se han vuelto a superar. Con ocasión del desembarco de la Policía Judicial (de la Guardia Civil) en el Ayuntamiento de Soto de Cameros, y de la estancia de más de nueve horas investigando informes, archivos (clonando discos duros de los ordenadores, etc.), en el PP de la Rioja tampoco han dudado en salir en apoyo de su alcalde, calificando de “normal” la visita de la Guardia Civil.

Tan normal como que los cerdos vuelen.