Mujeres.

Aunque pueda parecer que los ataques furibundos y machistas contra la mujer son cosas de un pasado remoto o de países tercermundistas, no podemos bajar la guardia.
A cada paso encontramos indicios de una peligrosa misoginia que permanece latente en nuestro propio país, anclada en diferentes estratos sociales.

No hace tanto tiempo que en nuestra querida España se estigmatizaba a las mujeres por cosas tan banales como estar separadas de sus maridos, ser emprendedoras, independientes, madres solteras o decidir sobre su embarazo. Desde los ministerios y las editoriales de los diarios se sigue atacando con saña a la mujer por el mero hecho de serlo, porque algunos les siguen sin perdonar que tengan libertad y audacia para tomar iniciativas.
Incluso podemos realizar un mayor esfuerzo en la memoria (en la historia reciente), para regresar a momentos de absoluta oscuridad para la igualdad de género, que equiparaban a España con cualquier régimen fundamentalista de Oriente próximo.

Mucho se ha trabajado desde la izquierda ( mayormente desde la izquierda) en las últimas cuatro décadas en un intento por equiparar mujeres y hombres en derechos y libertades, pero a cada época de progreso le ha seguido una de retroceso y, en estos momentos atravesamos una de esas etapas en las que se ataca con saña a la mujer.
El ataque viene desde las élites gobernantes, (con propuestas como la reforma de la ley del aborto) desde los círculos empresariales (en los que la mujer suele funcionar en modo “florero”) o desde los medios de comunicación en los que no es raro encontrar columnistas que plasman sus frustraciones personales en artículos y editoriales contra la dignidad de las mentadas .
Cada mujer que da un paso al frente ha de sopesar sumar uno más a los inconvenientes de dicha decisión…El ser mujer.

Desde el Partido Socialista la mujer está entrando en política cada vez con una mayor fuerza y representatividad. Susana Díaz es el mejor ejemplo de ello; presidenta de la Junta de Andalucía y cabeza indiscutible de la mayor Comunidad Autónoma, al tiempo que un nítido contrapeso del propio PSOE a nivel federal.
Muchas mujeres comprometidas con el futuro de este país han anunciado (y anunciarán estos días) su candidatura a las primarias socialistas, en la legítima aspiración de liderar los parlamentos autonómicos y muchas de las principales ciudades de todo el Estado. La mujer está aquí y ha venido para quedarse.
Incluso en algunas Comunidades Autónomas (como La Rioja) se comienza a vislumbrar que serán en su mayoría mujeres las que representen al PSOE en los puestos más importantes. Es sin lugar a dudas un indicativo de normalidad. De que una parte nada despreciable de la sociedad ya ha interiorizado la igualdad de genero…la igualdad entre hombres y mujeres.

Pero el poso machista y misógino que todavía habita en la España de postguerra seguirá cuestionando a la mujer con argumentos ajenos a la política o a sus capacidades como personas preparadas. Desde la derecha y con el apoyo logístico de la caverna mediática continuarán alegando en busca del descrédito a su condición de mujer, cristalizando el odio cerval (a la independencia de la mujer) que habita en las mentes retrógradas que no han conseguido la deseable madurez, y que para su desgracia -y la de quienes les rodean- siguen confundiendo a la persona con el contenido de su bragueta.