Nadie discutirá que lo importante de un museo, (por encima de cualquier otra cuestión) son los fondos de obra que atesore y sobretodo los que disponga expuestos al público. También un elemento fundamental es el espacio. Sin embargo, lo que en un primer momento podría parecer lo más intrascendente, su dirección, resulta en algunas ocasiones la diferencia que otorga la excelencia.
El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) en Barcelona, es posiblemente el tercer museo más importante de nuestro país, tras el Prado y el Reina Sofia. Lo es gracias a los cientos de miles de obras que conserva, por la monumentalidad del edificio que lo contiene, por su excepcional emplazamiento, y por algo tan esencial como la preparación, dinamismo e iniciativa de quien fue designado en noviembre de 2011 como director.
Pepe Serra, es un hombre joven (45 años) con una particular visión de lo que ha de ser el museo de referencia en Cataluña. Este Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona, adquiere una experiencia importante al frente del Museo Picasso de Barcelona, que le otorga las credenciales necesarias para el cargo. A esto se une que consiguió la plaza entre otros 17 candidatos y candidatas igualmente capacitados y cuya selección corrió a cargo de jurado de auténtico lujo, formado por Miguel Zugaza, director del Museo del Prado; María Bolaños, directora del Museo Nacional de Escultura; Bartomeu Marí, director del MACBA; Josephine Matamoros, directora del Museo de Ceret; Eduard Carbonell, exdirector del MNAC; el crítico Daniel Giralt-Miracle; y que estuvo presidido por Miquel Roca, presidente de los Amigos del MNAC. Fue elegido por unanimidad de sus miembros.
Con la llegada de Serra al MNAC, el museo desprende dinamismo…Es una entidad más viva.
Los recientes rescates de artistas que llevaban años perdidos en el olvido o almacenados en los sótanos, como Tapiro, Antoni Fabrés o Casagemas, son muestras del buen hacer del museo, que reivindica la sólida tradición de la pintura catalana del XIX y principios del XX. Este giro hacia los fondos del antiguo Museo de Arte Moderno de Barcelona era un alarde necesario y largamente esperado, que Serra ha abordado con audacia, y como más elocuente muestra de ello, la exposición permanente sobre el modernismo catalán que auna escultura, mobiliario, fotografía y (por encima de todo) pintura.
La muestra, que se inauguró en septiembre de 2014 es en sí misma motivo más que suficiente para acercarse a Barcelona y disfrutar del MNAC. Son en total más de 1300 obras de distintos artistas, colocadas de una forma peculiar a lo largo de los más de 4000 metros de la exposición, aprovechando oportuna y justificadamente el espacio disponible. Una muestra que comienza a mitad del Siglo XIX y termina precipitadamente en las cuatro primeras décadas del XX, con la promesa de completar la muestra con artistas de mitad de siglo a la década de los 70, algo que se antoja indispensable y que en una posterior ubicación de la muestra en la FIRA pudiera verse completada incluyendo a artistas importantes que no figuran, como Mallol Suazo (por poner tan sólo un ejemplo).Son actualmente más de 260 los artistas representados en la nueva colección permanente en homenaje al modernismo. En la misma podemos encontrar obras de verdaderos artistas de fama universal, como Juan Gris, Olga Sacharoff, Ignacio Zuloaga,Julio Romero de Torres, Alfred Sisley, Edvard Munch, Ramon Casas, Santiago Rusiñol, Miquel Utrillo, Isidre Nonell, Pablo Picasso, Salvador Dalí o Joaquín Mir.
En el MNAC se puede igualmente disfrutar de obras de Josep Tapiró, Maria Fortuny, Antoni Fabrés, Francés Masriera, Pidelaserra, Raurich, Enriq Galwey, Joaquín Sunyer, Juan de Togores y descubir la especial sensibilidad de pintores como Carles Casagema o Pere Daura….En suma, un atractivo viaje por una de las épocas más creativas de la pintura europea y catalana.
El MNAC es un indiscutible referente europeo en lo tocante a la pintura románica, pero ese plus de calidad y prestigio no podía ser el objetivo final de un museo tan colosal.
La dirección tuvo sin duda que colocarse ante una tesitura complicada; dar satisfacción a las distintas sensibilidades artísticas catalanas, que van desde quienes consideran que una vez salvada la pintura medieval, los esfuerzos han de capitalizarse en la escuela de Olot, hasta quienes reivindican las vanguardias, pasando por quienes piensan que la pintura nacida al calor del modernismo ha de ocupar un puesto destacado entre las exposición permanente que el MNAC ofrezca a sus visitantes.
La ruta marcada por Serra se está demostrando acertada y los próximos proyectos a desarrollar en un futuro (cercano) pueden colocar al MNAC y su entorno en un verdadero lugar de honor entre la oferta museística de Europa.
domingo, 4 de enero de 2015
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Me gustaría saber de qué pintor es el cuadro último de estilo orientalista. Un saludo
ResponderEliminarSe trata de Mariano Fortuny, un pintor de Reus de fama internacional
ResponderEliminarUn cordial saludo.