La estafa del reciclador

En alguna ocasión transitando por las afueras de la ciudad, junto al monte o en las orillas del río nos topamos de frente con un montón infame de mierda (basuras, ropas viejas, enseres, muebles,etc). Un vertido incontrolado. Algo similar a lo que ve en la fotografía.

Justificar algo así es complicado, al igual que ponerse en la cabeza de quien hace este tipo de cosas. Solemos pensar que se puede tratar de personas sin escrúpulos, sin educación ni conocimiento de lo que hace (evidentemente). Tal vez gentes que están “de paso”, personas “de fuera” sin apego.
En algunas ocasiones no niego que eso pueda ser así, pero en la inmensa mayoría de los casos los responsables son personas muy normales, plenamente integradas, que viven en tu misma localidad, y en este preciso instante pueden estar tomándose un café a tu lado o recogiendo a sus hijos en tu mismo colegio.

La aparición de estos vertidos incontrolados es el resultado final de una estafa cada vez más extendida, de pseudo-empresarios que dicen dedicarse al vaciado de pisos, reciclado de enseres y a las mudanzas. Se anuncian en periódicos y revistillas locales, en la sección de anuncios gratuitos y en páginas de anuncios generalistas en Internet, como milanuncios.com. etc
Sus víctimas son particulares que necesitan deshacerse de enseres varios. Personas que por fallecimiento de familiares han de poner en venta - o alquiler- la vivienda del fallecido y buscan a alguien que retire de la misma todo aquello que no les sirve. También son clientes potenciales los nuevos emprendedores que han de desalojar naves recién adquiridas en subastas o por concursos de acreedores.

Este tipo de estafadores acuerdan con su víctima un precio por llevarse todo lo existente en el piso o local a vaciar, y le manifiestan a propietario la obligación legal que existe de trasladar los residuos a un vertedero autorizado o a plantas de reciclaje. Precisamente por tener que cumplir con esta obligación legal, le piden más dinero al particular, aunque luego la realidad demuestra que lejos de llevar lo inservible a una planta de reciclaje lo acaban tirando ilegalmente en mitad del monte o junto a la orilla del río.

Los falsos recicladores vienen a cobrar entre 350 y 500 € por un trabajo de estas características (el vaciado de un piso). Mucho más si se trata de una nave industrial.

El propietario paga el importe del trabajo sin factura ninguna por parte del falso reciclador, y tampoco recibe justificante alguno ni por el trabajo realizado ni mucho menos de la empresa gestora del vertedero al cual (presuntamente) habrían sido trasladados los residuos. Con esto el pseu-empresario se evita todos los gastos: no paga impuestos por su trabajo y se ahorra las tasas que el vertedero le hubiera cobrado por recibir dichos residuos. Negocio redondo.

Cuando el vertido se localiza e identifica por las autoridades es cuando comienzan los verdaderos problemas para aquellos propietarios que contratan a estos estafadores. Han de volver a contratar a una empresa (en este caso legalmente constituida y habilitada para la gestión de residuos) para que retire el vertido ilegal de sus enseres que había realizado la anterior, y pagar una sanción económica, que es de todo menos barata.

Para evitar caer en las manos de estos estafadores hay varias pautas a seguir:

a) Contratar siempre a empresas de reconocida trayectoria en la retirada y gestión de residuos
b) Nunca confiar el vaciado a personas que se anuncian a título individual en páginas de anuncios gratuitos.
c) Pedir siempre presupuesto por escrito en papel sellado de la empresa o profesional
e) Nunca confiar en los típicos "Pepe Gotera y Otilio" que van con una furgoneta destartalada y cuya falta de certificación en la gestión de resíduos salta a la vista.
f) Exigir un justificante de la entrega de los residuos en el vertedero o planta de reciclado y no pagar el importe total del trabajo hasta que no nos entreguen dicho justificante.
g) En el caso de obras de albañilería, exigir a la empresa o albañil que nos traiga el justificante de pago por la recogida de los escombros en el vertedero al que los haya trasladado.