martes, 14 de abril de 2015

La república que está por venir.

No fue por casualidad que una sociedad que durante más de cuatro décadas vivió sin tener un Rey (y sin necesitarlo), pasara en tan sólo una a ser fervientemente monárquica. Se trató de una campaña en toda regla que ha llegado hasta nuestros días.
Para comprender esa metamorfosis , es necesario reconocer que la monarquía que hoy “disfrutamos” en nuestro país no es otra cosa que la más larga y duradera de las herencias de la dictadura, y que por mucho que nos quieran distraer, el sistema monárquico se reinstaura en España por voluntad personal del dictador Francisco Franco. Es el franquismo ( 44 años después) quien corona como Rey de España a D. Juan Carlos de Borbón, al cuál ni tan siquiera correspondía la corona. Una España que en 1931 ya se había manifestado mayoritaria y democráticamente contraria a la monarquía.

Desde 1.975 “disfrutamos” de un modelo de Estado impuesto por la dictadura, que en 1.978 fue consolidado y legitimado popularmente.
El 6 de diciembre de 1.978 los españoles saciaron sus ansias de urnas, votando mayoritariamente a favor de una constitución que prometía sacarles del ostracismo, el subdesarrollo y la marginalidad, colocándolos nuevamente en el mundo civilizado… Sin duda nobles y necesarios fines, aunque para alcanzarlos fue necesario tragar algún que otro sapo de los varios que iban diseminados por el texto de la carta magna.
Con el devenir de los años una parte de la sociedad ha terminado por interiorizar este “capricho” del régimen franquista como algo natural y lógico…Como si fuera lógico y natural que una persona ocupe la Jefatura de un Estado a perpetuidad, por el mero hecho de ser hijo de otro señor que lo fue antes que él. Un privilegio que pasa de padres a hijos sin ningún otro requisito. Pero lo más ilógico es que cuarenta años después de muerto el dictador, sigamos manteniendo su última voluntad intacta…Sigamos con el mismo diseño.

Uno de los argumentos más manidos para defender la monarquía en España hace referencia a la preparación o la simpatía que despierte uno u otro monarca, ¡Cómo si la cualidad que se espera de un Jefe del Estado fuera el ser más o menos ocurrente y campechano!.
Otro menos endeble es pretender que la demostrada estabilidad política que se fraguó en la denominada “transición democrática española” se consiguió gracias al papel del Rey, algo que es una verdad a medias (que suelen ser las peores mentiras), ya que el verdadero germen reconciliador fue el que generosamente ofrecieron quienes habían visto masacrados sus derechos por un golpe de estado infame, contra el régimen democrático y legítimo de la II República. Aquellas personas de herencia republicana (tanto conservadoras como progresistas) fueron quienes en un gesto (más importante y menos reconocido) renunciaron a sus legítimas reclamaciones y accedieron a tragar con una monarquía que no les representaba. Lo hicieron como mal menor.
Pero esa etapa importante en el relato de nuestra querida España, ya forma parte de los libros de historia y allí ha de quedar. No nos pueden seguir moviendo aquellos vientos ya agotados. Hoy vivimos un tiempo diferente y es el momento de preguntar nuevamente al pueblo – a las nuevas generaciones- si quieren seguir con la monarquía impuesta o prefieren recuperar su soberanía popular y la capacidad de elegir personas y proyectos para conducir el Estado. No se puede seguir durante más tiempo hurtando a la ciudadanía esta potestad.

Es profundamente irracional mostrar miedo o precaución ante una república como modelo de Estado, porque más allá de nuestras fronteras territoriales e intelectuales existe un mundo de repúblicas en el que sus ciudadanos tienen la capacidad de decidir qué persona ocupa la jefatura del Estado en cada momento. Muchos de estos países forman parte de las sociedades más avanzadas y democráticas del planeta, como Francia, Alemania o los Estados Unidos de Norte América.

Las repúblicas de nuestros vecinos son el referente más inmediato de que ese sistema político funciona perfectamente y es mucho más democrático y participativo, aunque también existe otra motivación (muy importante) que no podemos ni debemos olvidar… La II República, que libre y democráticamente fue elegida por lo votos de los ciudadanos y ciudadanas un día como hoy de 1.931, era un sistema político legítimo que vio truncada su existencia de forma infame y sangrienta por un régimen fascista y asesino, que se llevó por delante la democracia y las vidas de cientos de miles de personas en nuestros pueblos, en nuestras calles…En nuestros ayuntamientos. Hoy ocupo un escaño socialista en un Ayuntamiento en el que hace 79 años fueron asesinados seis paisanos míos; concejales republicanos y socialistas. No habrá en la política mayor orgullo para mí que ocupar este escaño…Ni mayor injusticia para ellos mientras el orden usurpado no sea restituido.

¡Salud y república!

8 comentarios :

  1. Estás muy trasnochado, querido amigo. No te sientas en la necesidad de defender la libertad que nos han hurtado, piensa (aunque no te guste), que a lo mejor hay mucha gente que es monárquica convencida y se siente muy cómoda en este régimen de monarquía parlamentaria que apoyo una enorme mayoría de españoles en el año 1.978. Pero además, ¿de verdad crees que el Reino Unido, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia o Noruega, no son "sociedades avanzadas"?. Te pierde tanto sectarismo, por lo que te recomiendo profundizar más en el conocimiento de la Historia de España y ya verás como elininas tantos prejuicios.

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    1. Brillante entrada la de hoy Sr. García, impecable y rotundamente cierta a nuestro pesar. Sr. Anónimo como le puede decir "que no sienta la necesidad de defender la libertad que nos han hurtado", por desgracia no es una necesidad sino un deber que no todo el mundo lleva a cabo. Lo que verdaderamente está trasnochada es la idea de la monarquía no hay más que ver las pocas que quedan en este siglo, y trasnochadas están las personas que la defienden a capa y espada como el mejor sistema de gobierno. Pero bueno, gracias a los defensores de la libertad como el señor García, la monarquía caerá por su propio peso algún día. Hasta entonces. Viva la República.

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  2. El PSOE no es acaso un partido monárquico? De obrero le queda poco.

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    1. El PSOE es para bien o para mal el partido más monárquico que hay. Si pasado mañana, Felipe VI monta un partido y decide presentarse a las elecciones, a lo mejor deja de serlo. Pero hasta que eso ocurra el PSOE seguirá siendo el partido más monárquico de este país.

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    2. En ocasiones la gente me pregunta: ¿Por qué aceptas colgar comentarios que van sin firma de nadie?.....Pues hay muchas razones, una de ellas es que si no los cuelgo, gilipolleces como " El PSOE seguirá siendo el partido más monárquico de España"....Desaparecerían, y da mucha risa leer gilipolleces como esa

      Salud y República (con ministros del PSOE, y defendida por sus militantes... como la última)

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  3. A mi no me importaría que se instaurara una República. Pero una República tipo EEUU o Francia. No me gustaría la República esa de la banderita tricolor y todo lo que conlleva. Es que ese tipo de República que quieren algunos me suena a... revanchismo... Y eso no, no, no. No me parece muy acertado...
    Antes de esa República, prefiero la actual Monarquía.

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    1. Sin embargo sí que te gustaría una república con la banderita rojigualda ¿verdad?
      Y a quién ibamos a poner de presidente ¿a Jose María Aznar?

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    2. Hombre... Si es una República y la gente lo vota... Aunque la verdad, no me gustaría demasiado...

      En cuanto a la bandera, si. Es la bandera de toda la vida. La Rojigualda, digo.

      PD: Tranquilícese. Es sólo mi opinión. Saludos.

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