El Virrey.

Por primera vez en muchos lustros, un “asiduo” al discurso de investidura del candidato a Presidente del Gobierno de La Rioja no apareció. Ese destacado ausente fue “el poeta”, al que siempre citaba Pedro Sanz en sus soporíferas proclamas.
Tampoco vinieron Machado, ni Ortega (ni Gaset). Tantas ausencias me hacen pensar que en el PP han cambiado de “negro”….Han renovado la plantilla de “escribediscursos”.

Ceniceros se presentó a pecho descubierto ante sus señorías, en presencia y permiso de Sanz. Lo hizo en un Parlamento sobre cuyo claustro se fue formando una densa calima de falsedad absoluta. Una neblina que nacía principalmente de la boca del candidato, pero también desde la mesa presidencial, las bancadas políticas, y desde el propio público.
Casi todo estaba adulterado en el Parlamento de La Rioja; tan amañado que en ocasiones alguien podría incluso llegar a creerse ante el Senado de Roma o frente a la acampada libre de una tropa de titiriteros vendiendo crecepelo, o haciéndonos creer que verdaderamente la mujer barbuda es tan real como el hombre que dormía con la cabeza separada del tronco…En este Parlamento casi nada es lo que parece y casi todo responde a la satisfacción de una pose.

El de Villoslada de Cameros repitió con precisión de cirujano todas aquellas propuestas de su predecesor, y no dudó en hablar de algunos frutos hortícolas de la tierra, como la patata, la uva, el champiñón o la oliva…Pero hubo grandes lagunas en su discurso. Si. Grandes ausencias. Ni una frase sobre el melón, el melocotón o el membrillo. Tampoco dijo ni media palabra de sectores estratégicos y fundamentales de la economía.

Se dibujó a sí mismo como “un hombre sencillo y nada extraordinario”…Igualito que su discurso.
Fueron veinticuatro páginas y media estrictamente leídas con la falta de pasión (y de práctica) que 16 años de presidente del Parlamento le han aportado. Se antojó muy corto y vacío de transmisión. Sin ninguna concesión a la novedad, más allá de agradecer apoyos (a ciudadanos) lo cual nunca se había escuchado salir de la boca del candidato Sanz…Porque no le había hecho falta en los últimos 20 años.

Si difícil era entender al “Ceniceros presidente del Parlamento”, mucho más complicado es hacerlo con el “Ceniceros candidato a Presidente”… Afirmó que piensa poner más de 3000 viviendas a disposición de quienes necesiten un alquiler asequible y se quedó tan ancho. Esto viene a ser del mismo diámetro que cuando su predecesor se comprometió a bajar el paro hasta el 9%.
Por cierto, dice el candidato que “el empleo no se crea por decreto”, pero se ha olvidado de explicar cómo hemos llegado a esos 22.000 parados y de pedir a la sociedad disculpas por ello, tras dos décadas de gobierno de su partido.

Tampoco olvidó la zanahoria para los empleados públicos agitando nuevamente la paga extra usurpada, con lo que sigue los dictados del PP en toda España, al tiempo que amenaza con una nueva ley de la Función Pública que se adivina tan innecesaria como peligrosa.

El nuevo Ceniceros se define ahora como “un hombre de diálogo”, olvidándose de que durante 16 años ha sido todo lo contrario. Una persona intransigente en su función al frente del Parlamento, que ha amordazado a la oposición convirtiendo a la cámara de representación de la soberanía en un lugar vacío de contenido, en el que se han robado los derechos de los diputados bajo su indiferente mirada cómplice.

No le creo Sr. Ceniceros ni aunque venga usted del sector agrícola o del ganadero… Ni aunque hunda sus raíces natales en mi querido “Cuerpo”, sigo sin creerlo. Porque la credibilidad no es flor de un día, ni fruto de la rehabilitación impuesta por una mayoría simple.
Sencillamente no le creo porque una persona dedicada en cuerpo y alma durante 16 años a amordazar, no pasa del día a la noche a ser el adalid de las libertades.

Mañana asistiremos al paripé de la abstención de Ciudadanos y tendremos que venir otro día más hasta poder verle coronado. Pero no se preocupe, que los que le quieran le comprarán…Del mismo modo que Usted les ha comprado.

Feliz Virreinato.