lunes, 21 de diciembre de 2015
Tocó el cielo...De su propia boca.
Muchas veces se reprocha a los políticos su incapacidad para reconocer una derrota. Ayer vimos seis derrotas en una misma jornada.
La más monumental de ellas fue la protagonizada por UPYD, un partido desaparecido desde mayo de este año, certificando que los gigantes con pies de barro siempre terminan por quebrar. Cimentar un proyecto político sobre una persona (por muy lista, guapa o larga que sea su melena) siempre termina llevando al fracaso. Ejemplos tenemos para dar y tomar. No tardaremos en ver llegar más.
El segundo descalabro ha sido para Izquierda Unida, que ha visto desaparecer nueve de sus once diputados, quedando relegada casi a la anécdota. Lo peor de este resultado es que se produce en mitad de lo que hace un par de años era el mejor y más propicio escenario para convertirse en tercera fuerza política consolidada. Izquierda Unida ha visto como la izquierda divina despertaba, pero no para votarles, sino para mudarse en bloque.
El resultado de IU es sin duda la peor consecuencia de estas elecciones, porque trasvasa (sin ninguna garantía) la fuerza de un partido serio, consolidado y con décadas de experiencia política y de lucha social.
Tampoco ha sido el resultado esperado el conseguido por Ciudadanos. Su lider aspiraba a más, por lo que esos 40 diputados (pese a ser un gran resultado) se han quedado tan escasos que lo convierten en resultado amargo. No podrán ser la llave de Rajoy, y no querrán ser la del PSOE.
Otro resultado agridulce es el de la amalgama Podemos, que unificando sus diferentes marcas y coaliciones con otros partidos y territorios se ha quedado bastante lejos de “tocar el cielo”, de hecho el único cielo que de momento puede tocar el arrogante Pablo Iglesias es el de su propia boca..Y no es poco, porque tiene la boca muy grande.
69 diputados para un partido que hace dos años no existía es excelente, pero decepcionante cuando se contrasta con las expectativas que las encuestas, su propio líder y las cadenas privadas de televisión le otorgaban hace unos meses.
De todos modos hay que felicitar a Iglesias, ya que encabezando un refrito de partidos y de territorios ha conseguido algo inaudito; unir a la izquierda que habita a la izquierda del PSOE, sacarla a votar, y colocarse como segunda fuerza política más importante de la izquierda en España, desbancando a Izquierda Unida. Lo que va a tener extraordinariamente difícil Iglesias es mantener unido ese variopinto magma que ha conformado para esta ocasión...Difícil o imposible.
El Partido Socialista ha visto sus aspiraciones de liderar España truncadas tras las elecciones y tendrá que conformarse con ser la fuerza más importante de la oposición y el partido que lidere la izquierda en España la próxima legislatura. No es poco después de vivir una contienda electoral en la que era el enemigo a batir por todo el mundo.
A su contrincante natural (el Partido Popular) se le unió Podemos y posteriormente Ciudadano, en lo que ha sido una singular cacería, que tenía como objetivo principal acabar con el PSOE o dejarlo en niveles de anécdota.
Pero no es el PSOE un partido de plástico o de modas, sino la fuerza política que durante los últimos 130 años más ha contribuido al progreso social y a la transformación de España en una democracia constitucional.
Ciudadanos por la derecha y Podemos por la izquierda han erosionado el morral de votos socialistas, ayudados por la crisis económica y por la situación de desafección hacia la política en general.Pierde el PSOE 20 diputados, pero pese a todo, salva los mueble Pedro Sánchez y le saca una ventaja de 50 escaños a Ciudadanos y de 21 a la amalgama de Iglesias, y quedan abiertas varias opciones para conformar un gobierno presidido por el socialista….Unas posibilidades que no existen en el caso de rivera o Podemos, porque así lo han querido los electores.
El último fracaso viene protagonizado por Rajoy, que pierde más de 60 escaños, lo que seria una barbaridad en cualquier escenario, pero en este se puede considerar hasta un excelente resultado. Pese a toda la corrupción generada por su propio partido, la situación de recortes de derechos sociales y la crisis, sigue habiendo más de 7 millones de personas que no tienen empacho ni rubor en apoyar a los adalides de la corrupción. España es un país enfermo, y los 123 diputados conseguidos anoche por el PP así lo certifica.
Como resumen de todo esto, algunas certezas. El PP gana las elecciones pero no podrá sumar una mayoría absoluta de derechas.
El partido Socialista lidera la izquierda tal y como viene haciendo desde hace un siglo en este país, y presentará a Sánchez como candidato a la Moncloa.
Pablo iglesias tiene ahora en su mano conformar una mayoría absoluta apoyando a Mariano Rajoy, o puede optar por un gobierno de centro izquierda en el que él no será el presidente…El papel de Rivera ya no es tan trascendental, a no ser que se produzca un complicado pacto de centro-izquierda que lideraría el Partido Socialista.
Hagan apuestas mientras se pueda.
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Política nacional