lunes, 27 de junio de 2016

Con lo sinvergüenzas que son y lo que han robado.

Ayer por la mañana, en la puerta del colegio electoral (CP Ángel Oliván) una señora de avanzada edad le decía a otra: “Con lo sinvergüenzas que son y lo que han robado y que tenga que volver a votarlos”… Creo que esta frase resume con meridiana claridad el resultado electoral de anoche.

Mariano Rajoy ganó 573.000 votos más, Pedro Sánchez perdió 175.000, Albert Rivera bajó 429.000 y el gran ostión lo protagonizó Pablo Manuel Iglesias que perdió nada más y nada menos que 1.142.000 votos de los que atesoraba su coalición “Unidos-Podemos”. Un partido que sin gobernar (sin desgaste) pierda tal número de votos es algo inaudito.

Lejos de morir, el PSOE de Pedro Sánchez se afianza como referencia de la izquierda Española. Contra toda la campaña mediática, y salvando los innumerables ataques recibidos, evita el “Sorpasso”. Pierde 5 diputados,sí…Pero por primera vez desde 2004 (en que venía cayendo) aumenta su porcentaje de votos en unas generales.Ha tocado suelo.
Los resultados del PSOE son malos, pero afianzan a Sánchez como Secretario General y mantienen la hegemonía de su partido al frente de la izquierda.

Rivera (pese a perder 8 escaños) consolida un espacio liberal en el Congreso con sus 32 diputados, lo cual le dará en la próxima legislatura un papel decisivo a la hora de sacar asuntos adelante, apoyando a la izquierda o a Rajoy según convenga.
Por su parte los votantes de Rajoy se pusieron la pinza en la nariz para votar a un partido podrido de corrupción, pero que se tolera muy bien entre los conservadores, haciendo bueno aquello de que la derecha es muy benevolente con corruptos y los perdona con bastante facilidad.

Rajoy (o en su defecto el PP) seguirán gobernando este país los cuatro próximos años. Era lo lógico y lo esperable tras la postura que tras el 20D adoptó Pablo Manuel Iglesias, impidiendo que España contase con un presidente SOCIALISTA, y que Pedro Sánchez pudiera poner en marcha medidas para paliar el ataque del PP contra el estado del bienestar. Iglesias se negó en banda en participar en un gobierno de cambio (ni por activa ni por pasiva) y se embarcó en exigencias personalistas y líneas rojas sin otra idea en su cabeza que la de provocar unas nuevas elecciones. Quería asaltar el cielo pero ha terminado rompiéndose los dientes contra el suelo. Salía dispuesto a matar al PSOE y lo único que ha conseguido es colocar a Rajoy en la Moncloa, tal y como ya vaticinaba en un artículo el pasado 15 de marzo:
“Después de tanto postureo, cacareo vacío y alharacas, solo hay una verdad verdadera, Pablo Manuel Iglesias ha evitado (junto con el Partido Popular) que un presidente socialista tome las riendas de España.
La consecuencia primera de ello es que Mariano Rajoy seguirá unos meses más gobernando en funciones, y la segunda será que esta estupidez desembocará probablemente en un nuevo gobierno de la derecha que se constituirá en julio y tendremos que soportar durante cuatro años más. El responsable de esto será el “amado líder”.
Un líder que respeta la democracia siempre que esta le devuelva el reflejo de su propia imagen. Que la entiende principalmente como el vehículo necesario para llegar a un fin, que no es otro que alimentar su desmedido ego. Que preferiría tomar el cielo por asalto en vez de ganando elecciones, pero no están los tiempos para guerrillas en los montes, así que la democracia es el único camino que le queda.

Ya va siendo hora de reconocer que para “pactar” con Iglesias, o se hace lo que a él le de la real gana o no hay acuerdo posible. Ante eso sólo quedan dos opciones; transigir o mandarlo a silbar a la vía. Yo voto por la segunda opción.
Si no quiere para España un presidente Socialista, iremos a nuevas elecciones y tendrá uno del Partido Popular"

El llamado “Bipartidismo” sigue acaparando nada más y nada menos que 222 escaños. El bloque de izquierda sale debilitado respecto al 20 D y la derecha tiene en bandeja sacar adelante un gobierno de PP.
Sin duda la repetición de elecciones forzada por Iglesias ha sido negativa para la izquierda , desastrosa para Unidos-Podemos y una verdadera tragedia para todos aquellos ciudadanos que sufren en sus carnes las políticas de recortes del Partido Popular.

Un resultado que tendría que hacer reflexionar profundamente a los dirigentes de los partidos que habitan a la izquierda del PSOE, y a Pablo Manuel Iglesias presentar su dimisión inmediatamente por haber evitado un gobierno SOCIALISTA y condenar a este país a cuatro años más de Partido Popular.