El octavo mandamiento.

Comienza a ser de una recurrencia preocupante la afición de ciertos concejales del Partido Popular (en el gobierno de la ciudad) a mentir con descaro. No respetan el octavo mandamiento.

El último caso lo acabamos de conocer tras producirse el controvertido e imprevisto cambio de sentido de la circulación en la Avenida de Los Ángeles de Calahorra.
El día 2 de de diciembre, sin previo aviso a los vecinos, ni a los grupos municipales, ni tan siquiera a los propios agentes de la policía Local, el Jefe de la Policía municipal daba la orden de cambiar a “dirección única” una parte de dicha calle, (dejando de doble sentido el resto) creando el caos y la confusión entre los muchos calagurritanos y calagurritanas que a diario circulan por dicha avenida. Se pintaban flechas de dirección única en la calzada y se colocaban unas señales de dirección prohibida a la altura de la Avenida Valvanera.

A todas luces el cambio era una chapuza, perpetrada sin conocimiento alguno sobre la gestión del tráfico en la ciudad. Así quedaba demostrado en los días siguiente, en los que desde la propia jefatura de policía se daba orden de retranquear las señales colocadas horas antes, para permitir la salida de vehículos hacia la calle Obispo Arenzana.
Se intentaba con ello arreglar la chapuza, al mismo tiempo que dejaban al descubierto la incompetencia del Concejal de tráfico, incapaz de planificar acertadamente algo tan sencillo como un cambio de sentido en una calle. Y para postre, permitiendo que el tramo con mayores problemas (entre Valvanera y Ramón Subirán) siga soportando doble sentido de tráfico.

El pasado 12 de diciembre,(diez días después de perpetrado el cambio) se celebraba en el Ayuntamiento de Calahorra la Comisión Informativa de Tráfico y Personal, a la que asisten todos los grupos políticos y algunos técnicos ( y a la cual el Jefe de Policía hace un año que ni se arrima).
En la misma, le pregunté al concejal de tráfico – Sr. García Rivero- por qué motivo se había dejado parte de la Avenida de Los Ángeles de un único sentido, y si existía demanda ciudadana, solicitudes del cambio por registro, algún estudio o informe de la jefatura de policía que avalara dicho cambio. La respuesta del concejal fue afirmar que existía tal estudio del Jefe de Policía sobre la conveniencia del cambio.
Mayúscula ha sido la sorpresa -tras solicitar dicho informe o estudio- al comprobar que no existía ninguna solicitud pidiendo el cambio, ni queja por escrito ni nada que se le parezca, y lo que es peor, no había informe ni estudio de ningún tipo (anterior al 12/12/2016) que aconsejara el cambio…Es decir, el concejal de tráfico del PP había mentido a la Comisión Informativa de Tráfico al afirmar lo contrario.
Para colmo de desvergüenza, (y ante la solicitud del Grupo Municipal Socialista fechada el 14 de diciembre pidiendo el presunto estudio-informe de la jefatura de tráfico) , el Jefe de la Policía local redacta unas escuetas palabras en un escrito de una página fechado el 19 de Diciembre (una semana después de la Comisión), en el que finaliza así:

..."Para mejorar el tráfico de este tramo de Avda de los Ángeles, entre Achútegui de Blas y Obispo Arenzana, disminuyendo la peligrosidad existente actualmente en los dos cruces aludidos , se propone regular el tráfico rodado estableciendo sentido único de circulación de vehículos , siendo este de Achútegui de Blas hacia Obispo Arenzana",

Calahorra, 19 de diciembre de 2016
El Jefe de Policía.

Es decir, se demuestra que nadie pidió el cambio...No había ni una sola queja o solicitud por escrito...No existía ningún estudio ni informe.
El concejal mintió descaradamente, y para más bemoles, el Jefe de la policía ejecuta el cambio el 2 de Diciembre y 17 días más tarde redacta unas líneas solicitando realizar el cambio que ya estaba hecho...Un paripé para ocultar la realidad, intentar justificarse y colaborar con la mentira del concejal.
Absolutamente lamentable e indicativo de la calidad técnica y política que gobierna el tráfico en la ciudad. Aquí se cambian las señales y el sentido de la circulación según les sale de la bragueta, sin criterio ninguno, sin atender a las necesidades de los vecinos, ni a sus reclamaciones, y lo que es peor, engañando con descaro y desvergüenza a los legítimos representantes de la ciudadanía.

Ante este modo recurrente de actuar, el concejal de Tráfico y Policía debería reflexionar sobre su demostrada incompetencia en la materia, así como sobre lo poco aseado que es eso de mentir en una Comisión Municipal.