Una imagen deplorable de La Rioja

Cada día transitan más vehículos por la Autopista AP-68 a su paso por la Comunidad Autónoma de La Rioja, por lo que supongo que cada día serán más los que asombrados contemplen el deplorable estado en el que se encuentra la cartelería turística que jalona esta autopista en su transcurrir por la zona.

Una cartelería de gran tamaño, que por falta de mantenimiento ( o de renovación) ofrece un anodino espectáculo al conductor.

Los grandes carteles que encontramos a unos pocos kilómetros de las salidas más importantes de esta autopista, tenían en su origen una función informativa y de reclamo turístico fundamental. Anunciaban al viajero la posibilidad de hacer una parada en nuestra tierra para por ejemplo: visitar las iglesias de Nájera, Arnedo y Logroño, o las catedrales de Calahorra y Santo Domingo de La Calzada. También las mismas vallas publicitarias nos aconsejan visitar lugares de interés turístico-deportivo como las pistas de esquí de montaña en la villa de Ezcaray o enclaves excepcionales como los monasterios de Yuso y Suso, patrimonio de la humanidad.

Cuarteados por decenas de miles de horas de sol, deslavazados por millones de gotas de agua y resquebrajados por las heladas, aquellos carteles que se colocaron hace lustros se encuentran en un estado calamitoso.

Parece que la empresa explotadora de la autopista de peaje ( AVASA, Autopistas Vasco-Aragonesa C.E.S.A.) no le da demasiada importancia a estos “pequeños detalles”, si bien se muestra voraz devorando cada año millones de euros ( unos 10 millones ) que religiosamente pagamos los riojanos y riojanas desde el Gobierno de España y desde el Gobierno de La Rioja. Un pastizal que a partir de este año irá en aumento con el coste del desvío obligatorio para el transporte pesado.
Un dineral que bien podría llegar para que cambien esos carteles infames, que más que invitar a visitar La Rioja invitan a salir corriendo.