Empieza a ser algo recurrente a lo que no se pone solución.
En esta ocasión, Nagore , su secretario general técnico ( Sr. Larrea) y el director general de desarrollo rural (Sr. Del Río) han desfilado por la sala de comisiones del Parlamento, con la cara menos risueña que otras veces. Asistían para dar cuenta sobre la preinscripción como Denominación de Origen Calificada (DOC RIOJA) de plantaciones de viñedo de la DOC Cava. Un tema espinoso que ya ha ocupado muchas páginas en los medios y por el cual el PSOE en boca de su portavoz (Concha Andreu) ha solicitado y defendido con claridad los motivos para proponer la dimisión del consejero Nagore como una de las salidas dignas a este jaleo.
El responsable de la consejería afirma que “no hay motivos para la asunción de responsabilidades políticas” por esta pintoresca situación, en la cual, de un total de 71 hectáreas de nueva plantación que su consejería autorizó, 39 de ellas se encuentran en situación ilegal, 20 de las cuales van a tener que ser incluso arrancadas.
Tampoco le parece al equipo de agricultura suficiente motivo que pese a los intentos (algunos consumados) de fraude sucedidos en los años 2016 y 2017 con el reparto de nuevas plantaciones, hayan mantenido al mismo funcionario y al mismo director general al mando del asunto, un caballero – el primero- que se ha pegado la friolera de 20 años en situación de “comisión de servicio” (ocupando provisionalmente un puesto superior al que le correspondía) cuando lo que recomienda la ley es que no se sobrepasen los 24 meses en esa situación. Todo es normal y justificado. Todo tiene su explicación…Eso han dicho.
Nadie parece que tenga la necesidad de dimitir. Muy al contrario, los actores de los episodios de 2016 y 2017, son los mismos protagonistas de este que afecta a los nuevos derechos de la DOC Cava. Se sienten firmes en sus argumentos y respaldados para continuar.
Se queja el Consejero -con razón- de que hay agricultores que de mala fe han tramitado solicitudes buscando el fraude. Cierto, pero no lo es menos el hecho de que viendo la facilidad con la que le han colado los goles al sistema de control, cualquiera se puede sentir capacitado para engañar.
Baste recordar que los filtros puestos en marcha por Agricultura en 2016 no localizaron fraude alguno,(o por lo menos no lo hicieron público) y no fue hasta que el PSOE comenzó a pedir documentación e investigar cuando salieron a la luz.
Fueron muchos casos de intentos de fraude, autorizaciones irregulares (inicialmente consumadas y luego revocadas), y hasta fue necesario paralizar el reparto. No son cosas menores. Seamos serios.
¿Igual no han cumplido bien con su trabajo en la administración a la hora de gestionar este asunto? Un trabajo que no consiste en “creer”…Para hacer ejercicios de fe ya están las iglesias.
El trabajo de agricultura en este asunto era controlar, verificar y garantizar la limpieza, equidad y legalidad del proceso. Eso es precisamente lo que no han hecho, y por ello a nadie puede extrañar que desde la oposición se pida la asunción de responsabilidades políticas.
Mientras los responsables de la consejería pasaban el mal trago de dar cuentas de su gestión ante el Parlamento, la señora Manzanos (portavoz parlamentaria del PP en agricultura) ha utilizado la comparecencia de hoy para pedir la dimisión de una ministra socialista por charlar en una comida privada con dos compañeros de trabajo (nueve años antes de ser ministra)…¿Saben por qué? Muy sencillo; porque en el peligroso juego de la política actual, hay quien quiere convertir la "hipocresía" en entidad ideológica sistemática.
Algo está fallando en nuestra sociedad si para determinadas personas es mayor motivo de dimisión soltar un "presunto" apelativo despectivo en una comida informal, que el hecho de que los máximos responsable políticos de una situación de descrédito para el sector más importante de nuestra economía, crean que no se han de asumir responsabilidades ante los errores...Y que han sido "salvados de dimitir por el VAR" (un sistema de arbitraje por vídeo en los partidos de fútbol). Esto ya no me atrevo ni a comentarlo.
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