Una trampa mortal

Mientras nuestros gobernantes malgastan el dinero público, tanto en ocurrencias propias como en otras impuestas por el resto de partidos (a cambio de su voto para aprobar los presupuestos ), las verdaderas necesidades siguen sin cubrirse. Calahorra se resiente.

Los ejemplos del deterioro en la ciudad se hacen patentes a cada paso, y no solo se pueden sufrir dentro del casco urbano. También en sus inmediaciones.

Una de las circunvalaciones más frecuentadas de la ciudad es el camino asfaltado que une los polígonos de Tejerías y el de la Algarrada, cruzando el vado sobre el río Cidacos en las cercanías del convento del Carmen.
Un camino estrecho en algunas zonas y muy mal atendido, que realmente debería ser una circunvalación que uniera de forma efectiva las dos áreas industriales de Calahorra, desviando del centro el tránsito de vehículos que van del este hacia Navarra.
Una promesa electoral recurrente mil veces anunciada en los últimos 20 años y nunca realizada.

El estado de este camino (de apenas un kilómetro) es deplorable. Los baches son de tal magnitud que suponen un peligro real tanto para la seguridad de las personas como para la integridad los vehículos, y parece ser que al Ayuntamiento le importa un pimiento esta situación. Denunciada un millar de veces.

En la fotografía que encabeza este artículo se puede ver un bache infame, de más de 20 cm de profundidad y casi dos metros cuadrados de superficie, que aparece en la foto de la izquierda a principios de mes (bien visible) y en la foto de la derecha hoy mismo ( 2 de abril) , cubierto por las aguas de las lluvias del lunes y martes.
Tal y como está hoy, ese bache no se ve, y cualquiera puede reventarse las ruedas al cogerlo de lleno, o salirse incluso de la calzada y tener un accidente, o chocar con quién venga de frente en caso de volantazo involuntario.

Pero poco le importa esto al equipo de gobierno y a los que los sostienen en el cargo. Aquí que siga el pan y el circo…Y los fuegos artificiales para adornar su incompetencia.