viernes, 21 de junio de 2019

Discurso de toma de posesión del VIII Presidente del Parlamento de La Rioja.


Señorías, no les voy a esconder que siento un vértigo contenido al asumir la responsabilidad que supone presidir la institución más importante de la Comunidad Autónoma de La Rioja, que es este Parlamento. Un excepcional edificio en el que descansa la voluntad democrática del pueblo. Porque sin pretender restar prestigio ni abolengo a ninguna otra institución, es este Parlamento Regional el fiel reflejo de la voz de la ciudadanía, por lo que me abruma el encargo que hoy me hace la Cámara.
Y cuando alguien se ve en esta situación, se le vienen a la cabeza muchas personas y situaciones que han hecho posible el camino, a las que no podría citar detalladamente sin dejar de mencionar a alguien, lo que sería un error imperdonable en el que no voy a caer. Todas y todos los que me han ayudado a llegar hasta aquí están en mi mente en este preciso instante. Los que han confiado en mis capacidades, en mi trabajo y en la integridad de mi compromiso. La mayor parte de esas personas estáis escuchando, acompañándome, y los que no… Ya se lo contaremos.

Como escribió el poeta español Eduardo Rodríguez Rodway:
"Blanca espuma fui de tu ancho mar,
y de tu arroyo yo fui caudaloso río".
Me siento como la espuma de un caudaloso río de voluntades que se ha arremolinado en los últimos meses para desembocar en este lugar. Primeramente, el apoyo unánime de la centenaria Agrupación Socialista de Calahorra, posteriormente el del Comité Regional del Partido Socialista de La Rioja…. La inquebrantable confianza de la próxima presidenta de la Comunidad Autónoma de La Rioja, Concha Andreu, una confianza compartida por el Secretario General de mi partido Francisco Ocón, que se vio refrendada en las urnas el pasado 26 de mayo por los votos de 63.000 riojanas y riojanos que otorgaron al PSOE una victoria incontestable.Todo ello ha culminado hace unos instantes con el apoyo del Grupo Parlamentario Socialista y las diputadas de Unidas Podemos. Muchas gracias a todas y a todos. Vuestro apoyo es mi legitimidad, porque mi legitimidad se sustenta en vuestro apoyo.

Me gustaría en este momento tener un recuerdo para mi madre y mi suegro, a quienes lamentablemente nunca podré volver a invitar a esta cámara, y de quienes nunca escuché un reproche por mi labor política. Siempre ánimos. Saludo también al resto de mi familia aquí presente; mi padre, mi esposa, mis tres hijas y su abuela.
Otro recuerdo para mis compañeras y compañeros diputados que han terminado su servicio ante este Parlamento, de todas las formaciones políticas. Sin olvidar la memoria del diputado Félix Vadillo, que falleció siendo parlamentario.

Para llevar adelante esta responsabilidad, soy consciente de que en algunas personas no encontraré ayuda. Pero sí en otras muchas. También soy consciente de que La soledad de un político, aunque sea algo difícil de percibir, nos acompaña diariamente en nuestra labor de servicio público. Una soledad, un desprecio en ocasiones, al que ya nos hemos hecho inmunes excepto cuando viene de dentro.
Como dijo ese gran político que presidió esta Comunidad Autónoma entre 1990 y 1995, José Ignacio Pérez: "en política las heridas injustas al cicatrizar se convierten en medallas". Y todos nosotros y vosotras las habéis sufrido o las sufriréis en un futuro.
En mi caso particular, por lo visto, ya he acumulado las suficientes como para presidir esta cámara, algo que espero hacer del mismo modo que hago todo; con interés, constancia, honestidad, compromiso y trabajo.

A partir de mañana, el despacho de este presidente y los servicios de la cámara, a los que quiero saludar especialmente, estarán siempre a disposición para ayudar en lo que sea posible a cualquier diputada o diputado que lo necesite. Como uno más de entre vosotros, que soy, no exigiré nada que no sea yo mismo capaz de cumplir. Predicar con el ejemplo y velar por el respeto a la integridad de todos los parlamentarios será una de mis metas en esta legislatura.

Pero hay otros importantes objetivos que también tengo apuntados para este periodo de sesiones que comienza hoy.
El Parlamento de La Rioja va a ser extraordinariamente celoso y beligerante en la defensa de su legislación. Cualquier ley aprobada por la cámara será defendida hasta sus últimas consecuencias en los foros o ámbitos que sea preciso, desterrando para siempre burdas tretas de las que hemos sido testigos en momentos pretéritos, en los que se ha primado el interés partidista y electoralista por encima del respeto a esta institución y a la voluntad de sus diputados. Eso nunca volverá a suceder si de mi depende.

Otra meta a alcanzar será colocar al Parlamento en el centro de la vida social y cultural de nuestra tierra, como una institución dinámica, moderna y comprometida con los retos de una sociedad actual, que busca en sus representantes públicos solución para los problemas y referentes de ejemplaridad.

El Parlamento y su Presidencia se van a implicar en esas demandas sociales, en darles visibilidad y ponerlas sobre la mesa. Los grandes retos de nuestra sociedad, como la conservación de la naturaleza, la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, la integración de los diferentes, la defensa de los servicios públicos o la lucha contra la precariedad laboral, no van a ser ajenos a este Parlamento. Pueden estar seguros de que así será y que desde este edificio se transmitirán a la opinión pública y al gobierno las reivindicaciones sociales.

Otro objetivo irrenunciable va a ser convertir este Parlamento en un espacio de trabajo real para las y los parlamentarios, no en un lugar al que se acude en los días libres. Vuestra labor legislativa y de control al Gobierno no es ni puede ser un “pasatiempo” al que se le dedican ratos sueltos. Ha de ser un trabajo entregado, vocacional, exclusivo y por supuesto profesional…Exactamente igual que en el resto del Estado.

No soy ajeno al hecho sustancial de que 25 años después un presidente socialista toma de nuevo las riendas de la cámara en el día de hoy. Un cuarto de siglo en el que La Rioja y su Parlamento han madurado y evolucionado. Espero, deseo y necesito estar a la altura de quienes me precedieron en el cargo, tanto de mi propio partido como del resto de formaciones políticas, a quienes hoy quiero hacer público mi reconocimiento, admiración y respeto.

Esta casa es y debe ser el espejo en el que La Rioja se mira; un espacio de entendimiento, de progreso sostenible, de convivencia y concordia. Un lugar en el que el único empeño y el mayor interés sea conseguir lo mejor para nuestra Comunidad Autónoma; teniendo siempre presente que lo mejor casi nunca reside en la fachada, sino en el interior, y que las cosas verdaderamente importantes no suelen venir acompañadas de fuegos de artificio ni jactancias vacías.

Tengo la sana costumbre de cada vez que intervengo ante este foro despedirme dándole las gracias al presidente, por darme la maravillosa oportunidad de ejercer el uso de palabra. No en vano, soy de la patria de Marco Fabio Quintiliano y me gusta hablar, tanto como escuchar al que habla.
No se imaginan lo mucho que voy a echar de menos el maravilloso privilegio que todas sus señorías tienen de poder intervenir desde esta tribuna. Aprovéchenlo en beneficio de La Rioja.

Muchas gracias señoras y señores.
(Parlamento de La Rioja. 20 de junio de 2019)