¿Cobardía o responsabilidad?

Según informan los medios de comunicación, en la pasada jornada varios jóvenes pasaron a disposición judicial y una parte de los mismos terminaron en prisión incondicional sin fianza a consecuencia de los diferentes altercados que se vivieron la pasada semana en Logroño, protagonizados por jóvenes que -en algunos casos-  no habían ni cumplido la mayoría de edad, los cuales han quedado a disposición de sus propias familias y pendientes de las responsabilidades patrimoniales económicas muy elevadas que les serán impuestas.

Estos muchachos y muchachas que hace unos días alegremente cortaban la salida de la vuelta ciclista a España, se subían a la pared del Parlamento, quemaban contenedores, agredían a policías o saqueaban comercios,  son responsables de sus propios actos, eso no lo pone en duda nadie, y seguramente las actuaciones que tanto la policía como los juzgados van a emprender contra esos jóvenes, y las noches en el calabozo  les ayudarán  (a ellos y a quienes les acompañaban)  a visualizar de forma nítida la realidad social y legal en un Estado de derecho como es España, en el que no se puede impunemente saquear un comercio o destrozar ciudades por diversión. 

Se darán cuenta de que la percepción que ellos tienen, y que ha sido inducida por otros (que ahora están cómodamente sentados en sus escaños, tanto en el congreso de los diputados, como en algunos ayuntamientos de nuestra comunidad autónoma) , nada tiene que ver con la realidad.

En España, y por supuesto en La Rioja, no falta libertad. Ni mucho menos. Lo que faltan son camas en la UCI, y no es momento de ponerse a discutir los motivos ni quién es el responsable de que falten dichas camas…La realidad es que faltan por sobresaturación de enfermos con COVID-19...Una pandemia MUNDIAL. Y como faltan es preciso adoptar medidas contundentes para que las personas, (sus padres, sus abuelos, y ellos mismos), si tienen necesidad de ingresar en un hospital cuenten con todas las garantías de que van a salir adelante y van a recibir todos los cuidados que la técnica y el sistema público de salud sean capaces de facilitarles.

Pero estos muchachos y muchachas han llegado a la conclusión falaz  de que en España no hay libertad porque les impiden (durante unas semanas o unos meses si es preciso)  montar fiestas nocturnas y botellones, y lo han hecho gracias a las barbaridades que una parte de los representantes políticos -que están ahora mismo ocupando sillones en el congreso de los diputados o determinados ayuntamientos -, han reflejado en sus redes sociales.

Mensajes de odio,  llenos de inquilina y mentira. De demagogia y de bilis. Que no han hecho otra cosa que incitar al odio y a la algarada callejera.  Pura apología del fascismo.  Unos mensajes -de los que existen pantallazos guardados-  que bien sea por responsabilidad (lo dudo), o más probablemente por cobardía, la noche del pasado sábado se apresuraron a borrar de sus perfiles en Facebook y en otras redes sociales.

Esos representantes públicos tan irresponsables , que militan en diferentes partidos del espectro conservador, son con sus arengas los instigadores intelectuales tanto de los disturbios sucedidos en varias ciudades de La Rioja, como de los ataques y destrozos vividos en varios comercios. Es el fruto de sus mentiras mil veces difundidas por redes y grupos de WhatsApp

No solo hay que investigar desde las fuerzas de seguridad y la fiscalía a quienes queman contenedores, y revientan escaparates de nuestros comerciantes, también hay que investigar a aquellos que  desde las redes sociales, con el agravante de ser representantes públicos, lanzan mensajes falaces y fascistas contra el Estado y sus legítimas instituciones, a las que sin pudor e impunemente  acusan de ejecutar asonadas que solamente existen en sus cabezas. Delito de odio e incitación a la violencia se llama. 

Hay que tener mucho cuajo, para estar tranquilamente en tu casa viendo como los jóvenes a quienes has envenenado la cabeza con mentiras y demagogia, pasan la noche entre rejas. Ellos lo tienen.