sábado, 9 de noviembre de 2013

Como dijo La Polla...



Siempre ha estado de moda recurrir a intelectuales y escritores en el transcurso de un discurso político, apoyando la propia argumentación en citas o reflexiones lapidarias evacuadas por estas mentes privilegidas. Se hace desde la antigüedad y su utilización demostraba un elevado nivel cultural de quién las ponía en práctica. Hace tiempo que esto dejó de ser así.
Hoy, en este mundo – tan moderno y tan jodido-, los viejos eslogans se veran sustituidos.

Es habitual recurrir a las citas en el interés de aparentar intelectualidad, o al menos, dar la sensación de conocer la obra de algún intelectual. Y claro, la mayoría de ellos son o han sido de izquierdas, porque la intelectualidad está bastante reñida con el conservadurismo. Por ello es normal encontrar en mitad de los discursos políticos de los representantes de la derecha, citas de filósofos, pensadores y escritores de izquierdas, que son utilizadas sin pudor por aquellos que predican y ejecutan lo contrario.

No es extraño encontrar a Machado o Cortázar en los discusos del anodino Rajoy…Incluso a Lorca. Su presencia tendría que ser fruto de la complicidad intelectual; de compartir pensamientos, pero en la mayor parte de las ocasiones se usan descontextualizando y en el afán de aparentar.

En el uso y abuso de las citas dentro de la oratoria política, se producen situaciones curiosas, graciosas e incluso ridículas. Como ver a Mariano Rajoy citando y recitando a Alfredo Pérez Rubalcaba…
Fin de la cita

Gracioso es también escuchar a Pedro Sanz (Presidente del Gobierno de La Rioja), citando a Rubén Darío en el refectorio del Monasterio de San Millán de La Cogolla.  Si de pronto aterriza un extraterrestre  en mitad del acto (y lo escucha), pensaría que se encontraba ante una persona sensible y bien educada.

Recuerdo una ocasión, en la que en mitad del debate parlamentario se me ocurrió – para agradecer la valentía del portavoz del PP en utilizar su turno de réplica-  citar a un escritor de la izquierda revolucionaria argentina, bastante desconocido en España (Ernesto Mallo) al cual había leído -por absoluta casualidad- una frase que se me quedó grabada:
Se le hace patente que sólo hay dos clases de cobardes: los que huyen para atrás y los que huyen para adelante.
Pues bien, mientras lo citaba mirando al Sr. Cuevas (Secretario General del Partido Popular de La Rioja), este me asintió con la cabeza dándome a entender que conocía la cita y a su autor…Yo me quedé espantado. Nunca sabes con quién te la estás jugando.

En el último Comité Regional del PSR en Logroño, se me ocurrió – en el uso de la palabra- hacer una reflexión sobre la hipocresía y los hipócritas. Para ello me apoye en dos citas de dos autores anacrónicos entre sí;  Mateo  y Evaristo. El primero santo y evangelista, coautor del Nuevo Testamento y, el segundo, vocalista del grupo Punk "La Polla Records". La mezcolanza hizo gracia entre el nutrido auditorio, pero en esencia ambos autores venían a decir lo mismo sobre las maldades de los hipócritas; aquellos que dicen una cosa y hacen exactamente la contraria. Ambos siguen de plena actualidad ideológica y social por mucho que pase el tiempo… Cualquiera diría que la letra de esta canción fue escrita en 1981:

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