domingo, 5 de octubre de 2014

Los paraísos perdidos



El jueves bajé a "Repuestos Beral" en la ingenua intención de comprar un juego de bujías para un Chevrolet del 56. El dependiente me miró con cara de asombro. Evidentemente no tenían, así que pillé unas que me recomendó. No eran para mí, sino para mi colega “Chicho”, uno de los amigos de La Habana a los que les enviamos periódicamente medicamentos, ropa, comida, repuestos o lo que nos piden. Chicho y su bella esposa son hijos de la revolución cubana y complacientes admiradores (al tiempo que sufridores) de su régimen castrista. Son unas excelentes personas.
No es cosa fácil enviar algo a la Isla. La única manera es a través de terceras personas, que van de vacaciones o cuando Cáritas interparroquial prepara un envío y abusamos de su coordinador para que nos haga de porteador.
Si mandas un paquete por correo o mensajería jamás llegará a su destinatario. Tras arribar a la isla desaparece en el 99% de las ocasiones. No supera los filtros de la corrupción, el ejército y la necesidad.

Para un Guevarista convencido, no resulta nada fácil aterrizar en Cuba (lo puedo asegurar) y ser testigo en primera persona de la situación del país tras medio siglo de autocracia castrista.
Es un tratamiento de choque ponerse a confrontar la teoría de un régimen con el resultado final de su particular adaptación inmisericorde.
Para salir ideológicamente vivo de allí, -y seguir siendo un convencido Guevarista- se necesita tener bien ancladas las ideas y abiertos los ojos….Saber y entender cuales han sido los vicios y las desviaciones que han llevado a Cuba al abismo, pese a partir de una ilusionante revolución. Unos vicios y problemas que han tenido su origen en tres pilares fundamentales: la injerencia internacional, la imposición dictatorial interna y la inexorable condición humana.
La Cuba de la revolución, esa que vio entrar por las calles de La Habana a Camilo, Ernesto y Fidel el 1 de Enero de 1960, poco o nada tiene que ver con la Cuba que nosotros encontramos al aterrizar en el aeropuerto José Martí. Esa es la triste y dura realidad.

La ilusión se ha mutado en resignación y la libertad recién estrenada… En miedo. Quien no quiera verlo se engaña y lo que es peor…Engaña a los demás si pretende colocarla como ejemplo. Porque esta Cuba de la dictadura solamente tiene para ofrecer como modelo la calidad de sus habitantes y la belleza de su territorio.
Políticamente es un baldío; un erial de retóricas estériles y vacías....Socialmente una cárcel. Los patrones exportables que pueda tener (que alguno queda) son tan insignificantes en comparación con las penalidades e injusticias sociales, que sólo un necio puede pretender canjearlas por una democracia occidental.

Hace unos días, me pasaron por Facebook un vídeo. En la cadena oficialista de Venezuela el profesor de Ciencias Políticas Pablo Iglesias opinaba sobre las bondades del régimen venezolano. En un pasaje de la entrevista la locutora le pregunta: ¿Qué les diría usted a los españoles que viven acá en Venezuela?...Pablo contesta que: “me dan mucha envidia, por vivir en un país tan interesante como éste”.
Lo que ya no explicitaba era si la envida se la dan los cientos de políticos y estudiantes contrarios al régimen que cada año son encarcelados por disentir del chavismo, y terminan convertidos en presos políticos por pensar diferente. Me gustaría saber si ha conocido la indescriptible sensación de saber que puedes ser atracado en cada esquina de Caracas “no más” abandones el aeropuerto… Acuchillado para robarte el móvil o las bambas en un país en el que muere una persona violentamente asesinada cada 20 minutos. Talvez siente la envidia por las largas colas que los venezolanos han de hacer cada día para comprar productos de primera necesidad. Pudiera ser –incluso- que el cierre de todos los medios de comunicación contrarios al chavismo guste a Pablo Iglesias, o que también él tenga un pajarito que por las noches le recita un padre nuestro en el hombro, que es el mismísimo Hugo Chávez transmutado en colorino…Lo dudo. Sea como fuere, si el modelo que Iglesias anhela y envidia es Venezuela....Va a ser cierto que es éste un caballero muy peligroso.

Es irresponsable hacer proselitismo de lo que se desconoce, pero infinitamente peor glosar las bondades de algo que no las tiene.
Ayer mismo un amigo (de la izquierda divina) me alababa las grandezas de Bolivia, otro de los países visitados esta pasada semana por Errejón e Iglesias. Después de escuchar lo mucho y bien que está funcionando Bolivia, no pude por menos que preguntarle: ¿Pero tú has estado en Bolivia?...No, - me contestó-, pero he leído bastante y me he informado….

Considero que se puede aprender cosas positivas de cualquier persona y en cualquier parte del mundo, también de Evo Morales y seguramente que mucho más de él que de la mayoría de líderes americanos, pero…De eso a pretender trasladar el modelo Boliviano a España hay un abismo insalvable. Esto lo se yo (no por ser más listo que nadie) porque me he hecho unos miles de kilómetros por Bolivia, y lo sabe Pablo Iglesias, (que tonto no es), por tanto… ¿A qué viene proponer recetas que son imposibles y soluciones tan ajenas a nuestra sociedad ?....Muy sencillo, todo responde a una ensoñación que pretende consolidar como ciertas las mayores utopías.

Bolivia es posiblemente el país peor gobernado del continente americano, (y no por culpa exclusiva de Morales) sino por un magma de razones que lo situarán durante muchas décadas en el ostracismo. Es un país en el que los trabajadores no tienen derecho ninguno, la explotación infantil es atroz y se margina a las minorías indígenas. El transporte público es caótico y cuando te subes a un autobús (fuera de La Paz), nunca sabes a qué hora partirá ni a la que llegarás a tu destino…Siempre y cuando no perezcas en el intento en una curva transitando por caminos sin asfaltado alguno. Un país en el que el ejército intercepta tu autobús, y ametralladora en mano saca a personas para afuera, que ya no vuelven a subir (lo he visto con mis propios ojos) …O en el que en mitad de la noche un grupo de mineros coloca 1000 rocas de 50 kilos sobre el asfalto de la única (y principal) carretera del país y te retienen 10 horas en el interior del coche sin que aparezca un solo policía por las inmediaciones, para dejarte proseguir tras recaudar fondos.

Hay que saber de qué estamos hablando cuando se propone como inspiración un país en el que puedes comprar en una tienda de ultramarinos cartuchos de dinamita, pero no tienes leche ni harina.


El trabajo efectivo que Morales, Correa o Múgica puedan desarrollar en Uruguay, (Ecuador o Bolivia) ha de ser estudiado para importar aquellas cosas que algo de positivo puedan aportar a nuestra sociedad, pero nunca presentar a los hermanos Castro o a la revolución Bolivariana como el pozo de las esencias.
España es una sociedad occidental que ha de tener como referencia política la socialdemocracia del norte de Europa, sin desdeñar cualquier otra inspiración asimilable. Una política social europeísta que ha convertido a las democracias del viejo continente en regímenes imperfectos (cierto) pero infinitamente mejores que los del resto del mundo.
El que quiera cambiar Suecia por Venezuela, Noruega por Cuba, Reino Unido por Ecuador o España por Bolivia pretende el absurdo. Solamente con los pies en el suelo -y desde el socialismo democrático- podrán solucionarse las desigualdades en España.