A Rey muerto República puesta.

Tras la abdicación por sorpresa del rey D. Juan Carlos de Borbón, se antoja imprescindible que la sociedad se pronuncie ante un relevo en la jefatura del Estado.
Los ciudadanos tenemos el derecho de decidir incluso por encima de la Constitución de 1978 quien es la persona que ostenta el mayor de los cargos.

Es por ello, que con independencia de si lo ha hecho bien, mal o regular, la voluntad de los españoles ha de manifestarse y que seamos nosotros quienes decidamos si ha de sustituirle su hijo u otro Jefe del Estado elegido democráticamente y no por derechos dinásticos que son arcaicos y profundamente antidemocráticos.

Ahora llega el momento de cantar a los méritos del Rey, tanto a los reales y merecidos como a aquellos que nunca existieron.
Es España un país donde a los muertos se les adula, y un rey que abdica es un rey que muere.
Nos romperán los ojos en las televisiones con programas especiales sobre la figura de un monarca que fue colocado en el trono de España por un golpista (Francisco Franco), que al mismo tiempo había derrocado por la fuerza a la II República, un régimen democrática y legítimamente adoptado y elegido por el pueblo. Pero también nos van a machacar cantando las bondades de su hijo (contra el cual no tengo nada)que pretenderán convertir Jefe del Estado con "fórceps".

Ha llegado el momento de restablecer el orden usurpado y devolver el poder al pueblo. No queremos atajos ni prisas en coronar a un nuevo Borbón.
Se necesita un debate sosegado y práctico ya que la decisión puede hipotecar décadas completas.

Por la tercera república.