La ceguera de un político consumido.

Después del impresionante "hostión" (como diría Rita Barberá) que los votantes han administrado a Luis Martínez Portillo y a la dolomítica mayoría absoluta del Partido Popular en Calahorra, el alcalde en funciones nos quiere hacer ver que nada ha sucedido y que él no tiene responsabilidad alguna….Se pone de perfil intentando que no se le vea. Esfuerzo en balde.

Pretende pasar de puntillas sin asumir su culpa, pero la realidad es abrumadora: ha dilapidado en poco más de un año la herencia de voto que recibió de su predecesor.

Los periodistas preguntaban ayer a Portillo cuales eran las causas de semejante varapalo, y el maestro del cinismo político se despachaba con unas declaraciones tan falsas y alejadas de la realidad como el peculiar mundo en el que vive instalado.

Decía Portillo que “el resultado nada tenía que ver con él ni con la gestión de su Equipo de Gobierno ”…Que era por la repercusión nacional y la situación de crisis. ¿Se puede tener el rostro más duro?, o ¿Realmente se cree lo que dice?
Sea cual sea la respuesta a estas dos preguntas que dejo en el aire, existen demostrados factores que explican con meridiana claridad el descalabro del PP en Calahorra. Un varapalo sin paliativos que transforma una abrumadora mayoría absoluta cosechada por Javier Pagola en 2011 (con 12 concejales), en tan sólo 9, que conservan por sólo 47 votos…Más o menos el mismo número que los recolectados en sus excursiones por los asilos de ancianos; tema feo donde los haya del que prometo una segunda entrega inminente.

Portillo ha conducido al PP a sus peores resultados porcentuales de las siete elecciones precedentes, y a conseguir el menor número de escaños de los últimos 20 años... Y pretende no tener responsabilidad alguna…
Ha perdido 1.675 votos con respecto a las municipales de 2011 , pasando de un 51,21 % al 37,09%, lo que supone un descenso de casi el 15% de sus apoyos, quedándose a poco más de 300 votos de diferencia con el PSOE, que el domingo le ganó en ocho mesas y estuvo a punto en otras tantas.

El PP de Portillo ha pasado de tener cinco concejales más que el PSOE a estar a tan sólo uno de diferencia… Y por 47 votos.
Pero el dato más evidente de que el mayor responsable de la debacle es él propio Portillo es el diferencial entre el voto obtenido en Calahorra y el voto autonómico, que ha sido mayor. La gente de Calahorra ha votado en mayor número al PP de La Rioja que al que encabezaba Portillo. Exactamente lo contrario que le ha sucedido a la candidata del PSOE (Elisa Garrido) que ha conseguido casi 600 votos más.
No hay mayor ciego que el que no quiere ver.

Decía esta mañana el periodista Jaime González, refiriéndose a Mariano Rajoy:

“lo que no resulta atractivo está condenado al fracaso”

Una reflexión certera y extrapolable al PP de Portillo, un político agotado que lleva 20 años gobernando en Calahorra, y que ya nada atractivo puede ofrecer a una ciudad en la que seis de cada diez votantes han dejado claro que desean un cambio.

Pero 1.675 votos no se pierden así como así de la noche a la mañana. Existen causas, y todas son achacables y responsabilidad del propio alcalde en funciones:

1º- Su propio liderazgo.
Luis Martínez Portillo llega a la alcaldía por la puerta de atrás, y carece del carisma de su predecesor. No goza de una buena reputación como gestor público y en el año y medio de gobierno de su etapa como alcalde protagoniza sonados disparates como su reforma de la plaza del Raso o fiascos como el Plán de Reactivación Comercial (PREAC), farolas imposibles…etc. Ante muchos ciudadanos Portillo refleja una imagen de excentricidad, despilfarro y una marcada tendencia a gobernar para “sus amigos”. Sin duda eso le ha restado muchos votos.Un alcalde con la ocurrencia de auto-asignarse una dedicación exclusiva como alcalde sólo para cobrar íntegramente el sueldo, pero no para trabajar en exclusiva para su ayuntamiento.

2º- La selección de su antiguo equipo
Me causó una gran sorpresa ver como Portillo colocaba en los puestos de salida de la nueva lista a concejales demostradamente incapaces, o a otros con un marcado rechazo por la opinión pública, mientras que paradójicamente se deshacía de los que recababan -según las encuestas- un mayor prestigio, tal es el caso de Lucía Herce o Pepe Ibáñez, sus dos concejales mejor valorados.
Hasta un necio entendería que si en un equipo eliminas a los mejores y dejas a los peor valorados…Eso te ha de restar votos.

3º- Las nuevas incorporaciones.
Portillo es el responsable de una regeneración cicatera de su lista. Las dificultades en encontrar personas solventes – y dispuestas- para confeccionar la lista fue considerable, y la necesidad de repescar a los "apesebrados" mucho más considerable; como consecuencia de ambos factores terminó elaborando una lista francamente mejorable.
Para comenzar, la renovación ha sido muy escasa. Solamente dos personas entrarán nuevas, mientras que siete repetirán (el propio Portillo por sexta vez consecutiva), eso supone el 20,2 % frente al 50% que renueva el PSOE, y deja muy a la vista a determinados concejales/as que han hecho de "estar liberados" su profesión.
Por si esto no fuera suficiente, buena parte de las personas elegidas por el propio Portillo para confeccionar la lista carecen de trayectoria social y en algunos casos transmitían cierto aire de superficialidad. Incluso se puede considerar un tremendo error de Portillo el hecho de buscar uno de sus refuerzos en la extrema derecha, reclutando al que en 2011 fuera número dos en una lista de un partido ultraderechista.
Sin duda la lista presentada no ha sido buena y es muy posible que le haya restado muchos votos.

4º- La desacertada campaña electoral
Considero que una buena campaña electoral no es decisiva para ganar votos ni conseguir mayorías, pero una mala campaña te puede hacer perder muchos.
Portillo o su responsable de campaña (si lo ha tenido) han diseñado una pésima campaña electoral alardeando de logros cicateros fruto del dinero de todos, y no de su inteligencia como gestores públicos . Una campaña alejada de la calle, basada en grandes gastos como sede electoral en el cogollo, trenes de la bruja y fiestas infantiles. Pero de salir a calle a escuchar las quejas de la ciudadanía….CERO. Un programa electoral inconexo y cuajado de ocurrencias tan grandilocuentes como vacías, sazonadas de viejas promesas mil veces repetidas y nunca cumplidas. Evitando debatir con sus adversarios...Un desastre de campaña. Esto también les ha restado votos.

En suma, es diametralmente falso que la debacle del PP en Calahorra sea culpa de una situación de descrédito nacional o crisis económica . Muy al contrario la causa principal reside en la más que evidente ineptitud de un cabeza de lista, que ha dejado manifiesta su incapacidad para dirigir con éxito una ciudad, que le ha expresado claramente en las urnas su voluntad inequívoca de cambio. Un cambio que pasa inexorablemente por sacar al responsable de todo esto del sillón de la alcaldía de Calahorra.
Ante esta tarea no caben ni ambigüedades ni abstenciones….Aquí hay que remangarse, ponerse unos guantes y manos a la obra entre todos para poder limpiar el Ayuntamiento.