La dirección de un instituto público censura una obra de teatro.

Un buen ejemplo de lo que nunca se tendría que permitir en la enseñanza pública lo hemos conocido esta misma mañana.
La Directora del Instituto de Enseñanza Secundaria IES Valle del Cidacos de Calahorra (La Rioja) impedía la segunda representación de una obra de teatro que se iba a ofrecer en el “Teatro Ideal” de la localidad.

La obra en cuestión era interpretada por el grupo de teatro aficionado del propio IES Valle del Cidacos, que desde hace tiempo dirige con éxito Alberto San Emeterio.
Las representaciones se ubicaban dentro del programa de unas jornadas para adolescentes organizadas por el Ayuntamiento de Calahorra. La primera representación fue ayer martes 15 de diciembre para padres de alumnos y se desarrolló con normalidad.

Al parecer, a la directora de este instituto público, el guión de la obra no le agradó cuando asistió a la primera representación; le resultó molesto que en el transcurso de la misma se pronunciaran palabras -a su entender- “malsonantes” como: “ Coño”… ”Joder”, o la expresión “Vete a tomar por el culo”.
Estas expresiones – tan habituales entre los adolescentes- fueron motivo más que suficiente como para que la directora exigiera al responsable la modificación del texto de la obra, censurando aquellos pasajes que no eran de su particular agrado.
Una exigencia que el director de la obra no aceptó, (porque se lo propusieron minutos antes de representarla y era imposible con semejante premura) , lo que motivó la suspensión de otras representaciones que estaban programadas para alumnos de diferentes institutos de la ciudad.

El Ayuntamiento de Calahorra recibió la comunicación de que las representaciones quedaban canceladas, y la obra “Primera vez (Suite ADSLescente)” (de Ignacio Aranguren y Javier Izcue) quedó censurada y prohibida…Una situación que nos traslada a las épocas más rancias y oscuras de una España de pandereta.

Que una directora -con el termómetro moral descontrolado- sea capaz de censurar una obra teatral ( por usar palabras y expresiones que están al cabo de la calle) ha de ser motivo más que suficiente para que los servicios educativos de la consejería de Educación inicien acciones al respecto, ya que es intolerable que cuestiones de índole moral que denotan un extremo conservadurismo (y que tendrían que circunscribirse al ámbito personal) sean las responsables de censurar una obra de teatro que es cultura en estado puro. De cercenar la obra de unos autores que (como en el caso de Ignacio Aranguren) han dedicado buena parte de su vida al teatro.

Máxime cuando resulta que la obra en cuestión ya había sido representada hace cuatro años por el mismo grupo de Teatro, y para más bemoles fue elegida por la propia directora del centro para esta ocasión…Según parece sin leérsela previamente, por lo que resulta grotesco que la misma persona que elige la obra, elige las edades de quien han de verla y ordena su preparación, luego sea la misma que la censura e impide su representación.

La obra en cuestión se ensayó (e interpretó en la primera sesión) respetando fielmente el texto de Aranguren e Izcue, sin añadir ninguna palabra “mal sonante” que no estuviera en el texto original.
Un excelente y duro trabajo de los alumnos -y de su director-, que ha sido despreciado con un criterio rancio, retrógrado y trasnochado, con la suspensión de las actuaciones programadas para hoy.

Vaya para ellos mi reconocimiento.