miércoles, 16 de diciembre de 2015

La talla moral


Algunas veces los ciudadanos – las personas- se nos plantan en la cara y nos reprochan falta de coherencia. Escasez de credibilidad... Anchas tragaderas y nula decencia.

Cuando alguien te pone de frente todos los defectos de los políticos ( que son muchos) es difícil defenderte, y algunos deciden poner cara de póker y continuar con su día a día, como si no pasara nada.

De qué manera racional puedes defender a la clase política española, cuando resulta que un partido de la importancia social y estructural (para España) del Partido Popular no tiembla a la hora de colocar como cabeza de cartel a un caballero, que a lo largo y ancho de su andadura política ha dado muestras de un sectarismo exacerbado y excluyente.
Un político carente de cualquier espíritu de colaboración o consenso, obsesionado por el control y la manipulación de los medios de comunicación. Un gobernante más ocupado en que la ciudadanía recibiera sus mensajes viciados que en solucionarles los problemas.

Aparece Emilio Del Río en los carteles junto a un lema que dice: “España en Serio”, en lo que parece una broma pesada. De mal gusto…Una burla.

Todavía estamos pendientes –En el Parlamento de La Rioja- de que este señor explique sus actividades como Consejero de Presidencia e interior, durante varias legislaturas. Algo que destapó el PSOE el pasado 4 de noviembre.... Un extenso periodo en el cual consumió millonarias partidas económicas fuera de toda transparencia y control parlamentario.
cantidades infladas y no presupuestas. Millones de euros que no sabemos si se los gastó en comprar a periodistas, viajar a Australia o en clases de baile… En cualquier cosa se lo pudo gastar y hacerlo impunemente, ya que el gobierno de Pedro Sanz lo consintió y ocultó, y ahora el de su sucesor (José Ignacio Ceniceros) le tapa las vergüenzas y se opone con uñas y dientes (y con la consejera Arregui) a facilitar cualquier factura o relación de gastos que justifique tanto millón de euros dilapidado.

Colocar como cabeza de cartel a un político de este bagaje es reírse de los “ciudadanos” en su cara. Refrendar la falta de calidad democrática de un país aborregado. Certificar la catadura moral de quienes no muestran empacho en validar con su voto conductas y trayectorias tan alejadas de la transparencia y el buen gobierno.

Pues sí, lo reconozco. Tienen mucha parte de razón, los que repudian a la clase política….Pero no toda la razón.

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