martes, 15 de marzo de 2016

Matar al PSOE

Aunque parezca que en estas últimas semanas se está desarrollando una dura batalla por conseguir el Gobierno de España, no es así, o en el mejor de los casos no solamente. También se trata del "penúltimo acto" de la operación: “Matar al PSOE”.

Pablo Manuel Iglesias (líder de Podemos) se cree “el elegido”. Aquel que conseguirá acabar con el Partido Socialista Obrero Español. Aunque de momento eso nadie lo ha logrado, pese a que algunos - que lo intentaron- le superaban claramente en poder, oportunidad e inteligencia.

Hace casi un siglo dos ilustres socialistas quisieron destruirlo desde dentro: Antonio García Quejido y Dolores Ibárruri Gómez (en 1920), fue cuando crearon el Partido Comunista de España como una escisión del propio PSOE, que pretendían destruir.
Un intento posterior -y mejor organizado- fue el orquestado por el General Francisco Franco, que 16 años más tarde puso todo de su parte para terminar con el PSOE…Cuarenta años de asesinatos, persecución y exilio no fueron suficientes.
También quiso acabar con el Partido Socialista (y con la democracia) la banda terrorista ETA, asesinando a varios de sus representantes. Incluso algunos mandos del ejercito español (Guardia Civil incluida) protagonizaron otra intentona en el fallido golpe de Estado de Tejero….Sin olvidarnos del bueno de Julio Anguita, - Coordinador General de Izquierda Unida- que fue otro de los “elegidos”, que a principios de los noventa procuró cargarse al Partido Socialista y a su gobierno formando una “pinza” en compadreo con el Partido Popular…Pero tampoco lo consiguió. Salta a la vista.

137 años después de su nacimiento, tras superar tantos y variados ataques, aquí sigue el PSOE y no parece que la “estrella de La Sexta” lo vaya a conseguir en esta ocasión. Muy al contrario el profesor de políticas bastante trabajo tiene con contener al magma que lo sustenta, tarea tan complicada como ineficaz, a no ser que se ejerza un control férreo al más puro estilo Stalinista, para lo cual sin duda Pablo Manuel está preparado y muy capacitado.

Para la loable tarea de acabar con el PSOE, Iglesias ha sido promocionado con vehemencia por la derecha mediática, que lo ha colocado sibilinamente en sus programas y en nuestros aparatos de televisión. Lo han utilizado (con su consentimiento activo) como un ariete contra el PSOE…Empleando la única arma de la que pueda disponer alguien que no haya hecho todavía nada por los demás…La boca.

Pablo Manuel (a principios de 2013) era un completo desconocido (pese a sus programas de televisión para público minoritario, y a su excepcional preparación política y académica). Pero todo cambió en abril de 2013 (dos años después del 15-M cuya paternidad se auto-atribuye como otras tantas cosas).
Pablo fue invitado a un programa de la cadena ultraderechista “Intereconomía”, concretamente al programa “El gato al agua” que presentaba Antonio Jiménez. Su actuación -entre la caterva de habituales ex-falangistas- debió de ser antológica, ya que a raíz de dicha tertulia su carrera de “profeta filocomunista” arrancó saltando a otra cadena -también de ultra derecha- (13 TV) en programas como “El cascabel al gato”, para finalmente aterrizar en la que es ahora su casa (La Sexta), que casualmente (tan solo un mes antes) acababa de ser absorbida por el Grupo de Antena tres (en marzo de 2013), pasando a denominarse Atresmedia Corporación.
Dicha asimilación (de la Sexta por Antena 3) puso a la cadena absorbida (hasta entonces con una marcada tendencia progresista y en sintonía con la línea política e ideológica del PSOE), a las órdenes de un conglomerado de medios de comunicación conservadores, (tradicionalmente contrarios al Partido Socialista) que no tardaron en convertir "la Sexta" en el escaparate de Pablo Manuel Iglesias y de su nuevo partido político, al mismo tiempo que en una afilada herramienta contra cualquier cuestión relacionada con el PSOE… Una obra teatral de títeres “escupidores de veneno” protagonizada por Cristina Pardo, Antonio Ferreras, Ana Pastor y el propio Pablo Manuel Iglesias.

Con el paso de los meses, siguiendo al pie de la letra el guión marcado, Iglesias se fue cuajando y creciendo en los platós de televisión, con un discurso tan premeditado como hipócrita, sustentado básicamente en tres teorías falsas de toda falsedad; la primera empeñada en evidenciar “la casta” que solo habita en sus adversarios políticos, pese a estar precisamente su propio partido cimentado y sometido por una selecta casta intelectual y académicamente excluyente, lo que está creando grandes tensiones - en Podemos- en muchos territorios. La segunda convencer a sus futuros votantes de que ya no existía ni derecha ni izquierda, y que lo que nos enfrentaba era el estar “arriba o abajo”, teoría que abandonó cuando le dejó de proporcionar votos. Y por último su intención por demostrar que el Partido Popular y el PSOE eran la misma cosa, algo que solo los más ingenuos, desinformados y desconocedores de la historia de las libertades en España pueden creer. Falsedad máxima.

Iglesias sigue enamorado de sí mismo (de su propio mito), y como le sucede a cualquier enamorado no es capaz de ver los defectos de su amado, que tanto daño están haciendo a las ideas que dice representar. Ideales que no duda en colocar en segundo plano si de lo que se trata es de mercadear con puestos, títulos o sillones. Lo primero es lo primero, “Amado lider”…Él es siempre lo primero, y para lo segundo quedan sus presuntas políticas sociales.

Pero de lo que no se le puede acusar es de esconder su enfermizo afán de protagonismo. Llegó incluso al extremo de colocar su propia foto en las papeletas de Podemos para las elecciones europeas; algo a lo que nadie se había atrevido en España desde José María Ruiz Mateos en 1987, y que es técnica habitual en países como Bolivia, donde el alto índice de analfabetismo aconseja colocar la cara del candidato.
También se colocó (una foto suya) el pasado 8 de marzo en los carteles que Podemos editó para reivindicar el día internacional de la Mujer, y estoy seguro de que si algún día consiguiera gobernar este país, llenaría España (ciudades y pueblos) de grandes carteles con su retrato, tal y como sucedía en Cuba con Castro, en Venezuela con Chávez o en las antiguas dictaduras (y monarquías) árabes…Irak, Libia, Irán, Túnez o Marruecos... Jordania , abarrotadas de retratos de sus “amados líderes”…Iglesias lleva el mismo camino.

Después de tanto postureo, cacareo vacío y alharacas, solo hay una verdad verdadera, Pablo Manuel Iglesias ha evitado (junto con el Partido Popular) que un presidente socialista tome las riendas de España.
La consecuencia primera de ello es que Mariano Rajoy seguirá unos meses más gobernando en funciones, y la segunda será que esta estupidez desembocará probablemente en un nuevo gobierno de la derecha que se constituirá en julio y tendremos que soportar durante cuatro años más. El responsable de esto será el “amado líder”.
Un líder que respeta la democracia siempre que esta le devuelva el reflejo de su propia imagen. Que la entiende principalmente como el vehículo necesario para llegar a un fin, que no es otro que alimentar su desmedido ego. Que preferiría tomar el cielo por asalto en vez de ganando elecciones, pero no están los tiempos para guerrillas en los montes, así que la democracia es el único camino que le queda.

Ya va siendo hora de reconocer que para “pactar” con Iglesias, o se hace lo que a él le de la real gana o no hay acuerdo posible. Ante eso sólo quedan dos opciones; transigir o mandarlo a silbar a la vía. Yo voto por la segunda opción.

Si no quiere para España un presidente Socialista, iremos a nuevas elecciones y tendrá uno del Partido Popular.