martes, 20 de septiembre de 2016

Vecinos invisibles

María es de Lisboa, y lava los platos en mitad del río que nace en la fuente de Murillo. Con los pies metidos en el agua, una botella de lavavajillas limón y una improvisada mesa soportada por tres ruedas viejas de coche.
Aguas abajo, la basura, las bolsas y los plásticos lo inundan todo.

María es de Lisboa, (me parece que ya lo había dicho) aunque me confiesa que hace muchísimos años que no ha vuelto por allí. Yo le hablo emocionado de la Alfama y ella menea la cabeza como sin saber. Desorientada. No le voy a preguntar su edad, pero creo que los 70 ya no los cumple.
Junto a otro centenar largo de personas ha instalado su residencia en Calahorra, al noreste de Murillo. Un barrio de chabolas. Me dice que aguantarán un par de semanas más aquí y luego se marchan

Junto a la fuente se localizan más de una veintena de chabolas entre las que deambulan jóvenes, mujeres, niños y ancianos.
Varias hogueras apagadas denuncian que por las noches algo se celebra…O se cocina…O se calienta.
Desde el mes mayo (en el que se instalaron en Calahorra), van ya camino de cinco meses, y desde allí acuden a trabajar a campos de toda La Ribera, llegando hasta las fincas agrícolas de Alfaro, Rincón de Soto, la Aldea, Milagro, Azagra, Cadreita…. Y por el oeste hasta las cercanías de Logroño.
No sólo son portugueses, también hay muchos españoles; sevillanos, extremeños…Tienen las mejillas tostadas del sol. Los bajos de los pantalones repletos de barro cuajado, de coger tomates. Van a la uva, a la pera…A lo que sale y se les contrata. Lo de “contrata” ha sido una licencia literaria.

La situación tercermundista de su barrio de chabolas es evidente. (excepcional en nuestro acomodado ecosistema de "La Ribera") pero pese a su singularidad no saldrán en ningún reportaje ni suplemento. No los veremos en las galas de la televisión regional. Son parias que no interesan a casi nadie.
Sin luz, ni agua potable…Sin baños, ni un lugar donde poder ducharse. Estos vecinos calagurritanos a tiempo parcial, tienen a sus niños (sin escolarizar al menos desde mayo puedo dar fe) caminando descalzos por las inmediaciones y bañándose en el regacho que forma el flujo de la fuente de Murillo, pero son muy disciplinados; al caer la noche rápidamente cada cual se mete a su chabola y poco ruido más se escucha. Ni los perros ladran.

El asentamiento, consolidado desde hace más de un lustro, se divide en dos núcleos, el más importante ubicado en bajo una desastrosa chopera privada (de un arquitecto local), y el segundo en las traseras de unas naves ganaderas junto al “casco urbano” de Murillo de Calahorra.

Fue presuntamente en junio, cuando la Guardia Civil elaboró un informe de este asunto y le dio traslado a los servicios sociales. Pero nada ha sucedido en todo este tiempo, ni en un sentido ni en el otro. Allí siguen estas personas viviendo en unas deplorables condiciones de salubridad y dejando su ámbito de influencia convertido en un soberano vertedero a cielo abierto.
Me dice María que hasta octubre no aguantan, que se marcharán con el mes. Cuando termine septiembre.

Aquí dejarán sus plásticos y su basura…Su trabajo y una parte de la salud de sus familias. Al año que viene regresarán, cuando vengan las calores.


5 comentarios :

  1. Bueno, eso de invisibles......no lo tengo yo tan claro, pues anda que no se les ve por el pueblo cuando suben a los supermercados!!! y hay que estar con mucho ojo pues mas de uno y de dos, sobre todo críos, que intentan meterte la mano en el bolsillo o en el bolso para cogerte la cartera o lo primero que pillan y cuando les reprendes por su actitud se te encaran de muy malas formas. Por cierto, tengo varios conocidos de Calahorra que también trabajan en el campo y se les explota igual que a esta gente, y tampoco se habla de ellos. Por cierto, espero que sea verdad que se van a ir para finales de Septiembre. Te aseguro que estaré más tranquila cuando vaya a comprar o a mi campo a coger los productos que esa gente me ha dejado. Por cierto, se podrían llevar consigo la mierda-basura que han dejado.

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    1. Por cierto, ¿conoces la palabra empatía?

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    2. Por supuesto que la conozco pero lo que no tolero es que esa gente quiera tener más derechos que yo y por supuesto ninguna obligación. Sé que son personas que se están buscando las habichuelas igual que tú y que yo, pero ninguno de los dos vamos robando ni manchando todo ni destruyendo todo a nuestro paso como el caballo de Atila. Lo siento, pero prefiero que se vayan cuanto antes.

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    3. Estoy de acuerdo

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  2. Toño Antoñanzas20 septiembre, 2016

    Bonito artículo para semejante vídeo. No me explico como estas cosas se pueden permitir y me refiero a ese asentamiento, a las condiciones, a la escolarización a la basura, a servicios sociales, a todo. Muy buen artículo

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