Dicen que una imagen vale más que mil palabras.
En la que ilustra este artículo, ( obra de la periodista Isabel Álvarez, y publicada el pasado domingo en la Web de Diario la Rioja con motivo de la coronación de las reinas de las peñas), se ve el excelente clima reinante entre los ediles del PSOE y en un segundo plano el abismo insuperable que separa al alcalde de Calahorra de su número dos, la teniente de alcalde Rosa Ortega, (incluso desplazada a otra fila lejos de sus compañeros concejales) a la cual están sometiendo a una situación de desprecio y acoso indecente en mi opinión .
En general en el PP de Calahorra no soportan que alguien sea más inteligente (o más trabajador), y por encima de todo lo que no se permite es que alguien piense diferente. Rosa Ortega se atrevió a pensar diferente al apoyar al presidente José Ignacio Ceniceros en vez de someterse a los caprichos del ala más "hooligans" del PP, la que apadrinó a Cuca Gamarra. Ese fue su pecado. No se lo perdonan.
Esta evidente y atronadora discrepancia, ha dado como fruto el rumor que apunta a que la número 2 del PP disfrutaría de la capacidad de apoyar una supuesta moción de censura para derrocar a Portillo y sanear Calahorra a unos meses de las elecciones municipales. Una moción de censura que se podría estar fraguando en estos momentos entre varios partidos y concretarse en septiembre, con el objetivo de desalojar a Luis Martínez Portillo de la alcaldía antes de que convierta a Calahorra en un erial. Un rumor con poca base de realidad, como ahora explicaré.
Razones para mandar a Portillo a su casa hay muchas,( todas loables) y el grueso de los calagurritanos y calagurritanas son ya plenamente conscientes de que como siga otra legislatura más en el poder, Calahorra terminará convertida en un pueblo de tercera.
Pero para conseguir este higiénico y necesario objetivo, solamente existen dos opciones legales y en ninguna de ellas juega Ortega.
A) La primera – y única factible- pasa porque el próximo 26 de mayo los habitantes mayores de 18 años de esta ciudad visiten las urnas en masa y voten a aquellos partidos dispuestos y comprometidos con sacar al Partido Popular del Ayuntamiento ( me temo que únicamente hay uno) , y que propongan una alternativa realista para recuperar el pulso y el prestigio de la ciudad.
B) La segunda opción se denomina “Moción de Censura”, es cuando la mayoría de los concejales “tumban” al alcalde apoyando a otro – u otra- que se postula para sustituirlo.
Que algo así (opción B) suceda en Calahorra es absolutamente imposible con los actuales representantes políticos. También lo limita la estricta regulación que hace la legislación de esta herramienta en los ayuntamientos.
Al contrario que sucede en el Congreso de los Diputados, una moción de censura en un ayuntamiento necesita para su tramitación que haya sido firmada (solicitada) previamente a ser debatida por la mitad más uno del total de concejales, es decir, que 11 concejales la firmen.
Aunque es posible que alguno de los actuales ediles del PP podría llegar a plantearse apoyar una moción contra su propio jefe de filas, (para salvar a la ciudad de este desastre) su voto no serviría para ello, ya que se les consideraría “transfugas”, y un tránsfuga no podría votar en una moción de censura. Por tanto sería un esfuerzo estéril.
Descartados posibles díscolos del propio Partido Popular, es absurdo pensar que los dos concejales del partido “Ciudadanos” fueran a apoyar una moción contra Portillo, ya que son precisamente ellos quienes lo colocaron en el poder en 2015, y porque durante estos tres años largos han demostrado estar muy cómodos e identificados con el “ritmo caribeño” de Portillo, que está llevando a la ciudad al colapso.
Llegados a este punto, ya es materialmente imposible registrar una moción de censura, porque solamente podría conseguir (en el mejor de los casos) la firma de los 8 concejales del PSOE y los dos de PR e IU, por lo que faltaría uno. Y digo: “en el mejor de los casos” porque es altamente improbable que ninguna de esas formaciones políticas retirasen su apoyo al Partido Popular para destituir a Portillo.
En el caso del Partido Riojano, el pacto de “adhesión inquebrantable” que el entonces Coordinador del PR para la Rioja Baja (el ahora desaparecido Rubén Gil Trincado) firmó con Portillo este año, y cuyos condicionantes nadie ha explicado hasta la fecha, ha convertido al partido regionalista en un fiel socio del Partido Popular. Por ello es muy poco probable que su nuevo concejal apoyara una hipotética moción de censura contra "su amigo Luis".
Por último Izquierda Unida hace ya un par de años que dejó de hacer oposición al PP, pasando a ser una especie de muleta del partido conservador…El necesario colaborador para que Portillo apruebe cada año sus presupuestos, algo que no sólo lo digo yo; el propio alcalde agradece a Oscar Moreno en cada pleno su apoyo.
De hecho, en los últimos dos años no se ha producido ni una sola rueda de prensa de los “comunistas” para poner en evidencia alguna conducta o denunciar la más mínima cuestión que afecte al PP de Calahorra. El cuidado que ponen para no molestar a Portillo es exquisito; algo que no pasa inadvertido para nadie y que resulta inaudito.
Como ya supondrá quien esté leyendo este artículo...Con estos mimbres es difícil hacer un cesto, y mucho más sacar adelante una moción de censura.
Sigan disfrutando de Portillo y su maravilloso Partido Popular.
jueves, 23 de agosto de 2018
Moción de censura en Calahorra
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