Las distintas redes sociales han evolucionado como seres orgánicos. Imbuidos en vida propia han ido labrando cada una su camino en direcciones opuestas. Twitter se ha convertido en un vertedero, un oasis de bilis y vómitos. Facebook en una corrala de rumores, noticias interesadas y exposición pública de la privacidad.
Pero en ocasiones, la basura del vertedero entra también en Facebook, una red que ha dado la posibilidad a algunas personas con serias dificultades
cognitivas, histriónicas o
conductuales disruptivas, de disponer de un escaparate, desde el cual poder
lanzar sus soflamas delirantes, fantasear con ser lo que no son, o directamente
insultar, calumniar y difundir mensajes de odio, racismo, misoginia y extremismos excluyentes.
Aunque en ocasiones sea precisamente todo esta basura intelectual lo que más destaca, (lo que
más se ve), no es menos cierto que la inmensa mayoría de los usuarios de la
redes sociales las utilizan con fines sensatos; para estar en contacto con sus
amigos y familiares, para compartir momentos y vivencias, y también para
debatir sobre asuntos de toda naturaleza, desde el respeto el sentido común y
la cordura...no por ello renunciando a la vehemencia si es necesario.
Pero este artículo no va sobre lo bien que se usan las redes sociales por la
inmensa mayoría de las personas, sino sobre lo ridículos que pueden ser (en
ocasiones) l@s necios, l@s machistas y l@s cretinos que habitan en la red
social.
Me cuentan que el mejor test que hay ahora mismo a nivel local, para detectar a un necio o a un machista , es escuchar, -leer más bien- los comentarios y las intervenciones de Mariángeles una señora que sobrepasa los 70 años, muy avezada en entablar conversación y rebatir argumentos con toda suerte de usuarios, haciendo gala de su gran capacidad intelectual y de unas facultades innatas para el diálogo y la confrontación de argumentos, sin perder nunca la elegancia y la compostura, pese a que el interlocutor no haga tal esfuerzo.
Esta señora, vecina de Calahorra, perfectamente conocida y reconocible, y que ha formado parte incluso de una candidatura a las elecciones municipales del Ayuntamiento en 2023, tiene que observar con estupor como constantemente se pone en cuestión su autenticidad a la hora de expresar sus pensamientos y opiniones . Algún que otro necio presupone que una persona de sus características no tiene capacidad intelectual para dar respuesta con brillantez a cualquier cuestión de actualidad, política o social que se plantee, por lo que afirma que ha de ser necesariamente un tercero quien escribe por ella.
Luego están los machistas, -y al mismo tiempo clasistas y edadistas -que
pretenden que por el hecho de ser mujer, y por el hecho de tener "una edad" , tiene que ser otro quien le escriba y le
mande los mensajes. Es decir, no puede haber un machismo más asqueroso que
dudar de la intelectualidad de una mujer septuagenaria por el mero hecho de
ser ambas cosas. Y en este caso, hay incluso quien abiertamente manifiesta su consolidada
creencia de que la mencionada no escribe sus mensajes, que se los escribe un compañero. Y se queda tan ancho -de una pieza-, cuando en puridad debería
descomponerse en miles de fragmentos de la vergüenza.
Por último, y no menos lamentable están los ( y las) que
deberían saber que a partir de cierto consumo de alcohol es mejor no encender el
ordenador, para no hacer el ridículo .
Qué grandes beneficios a la red social del Facebook local hace Mariángeles cada
vez que escribe. Nos ilumina con su inteligencia y su guante blanco, al tiempo
que con los reproches que cosecha delata por su comportamiento a necios,
machistas...y cretinas.