Cada día al entrar a Logroño suelo hacerlo por el nudo Chile, pero en ocasiones me salgo de la circunvalación por la antigua entrada que pasa delante de las bodegas de Ontañón. Algo que solamente hago si tengo que ir a la parte noreste de la ciudad.
El pasado martes hice esta salida y a la altura de la bodega alcé la mirada a la derecha -como siempre hago al pasar- para admirar la monumental escultura de Miguel Ángel Sainz, que engalanaba la fachada de dicha bodega. Contemplé con estupor que la misma había colapsado. Di la vuelta en el nudo de Varea y regresé para ver qué había sucedido. La escultura de poliéster inaugurada en el año 2000, representaba a Ganímedes (el copero de Zeus) con una copa de vino en la mano. Había quebrado a la altura del vientre y, desprendiéndose de la pared, supongo que terminó estampándose contra el suelo. Digo que “supongo” porque en el suelo no había nada. Seguramente los fragmentos resultantes de la colisión fueron retirados del firme y desconozco cuál ha sido su destino, mucho menos su futuro.
Es una verdadera lástima que una
pieza de tanto valor artístico para nuestra comunidad, haya sufrido tan
horrible episodio. Aunque seguramente más allá de los propietarios de la bodega,
que sin duda estarán consternados, (y espero que quienes lean este artículo
también) … el resto ni se van a enterar.
No está siendo este un buen arranque de año este 2025 para la cultura y el arte en La Rioja. En estos momentos se debería estar celebrando la decimocuarta edición del Certamen Nacional de Pintura “Parlamento de La Rioja” uno de los más importantes eventos nacionales en materia de pintura, con más de un cuarto de siglo de trayectoria, que de un plumazo ha fulminado la actual inquilina del antiguo convento de La Merced. No voy a decir que no me haya sorprendido dicha decisión, (porque me sorprendió y mucho) aunque soy plenamente consciente de la indiferencia (en ocasiones desprecio) que la derecha española sienten hacia el arte...salvo excepciones. Pero lo que más me ha sorprendido ha sido el silencio, ante esta brutal decisión política, de casi todos los artistas riojanos y riojanas, así como otras personalidades y profesionales de la cultura, que ni han abierto la boca para opinar o protestar. Les parecerá bien.
Como cantaba "Golpes Bajos" cuando conocí por casualidad a Miguel Ángel Sainz…” Malos tiempos para la lírica”.
Creo que el premio debería haber continuado, aunque dimensionando el certamen que a todas luces era excesivo. Aunque a la ciudadanía en general y a los políticos en su inmensa mayoría la pintura les importa entre poco y nada. Seguramente al que más le habrá importado es al que tuviera pensado presentarse y al comisario que como es lógico se llevaría un buen pellizco.
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