miércoles, 29 de enero de 2014

Una fuga que va camino de hemorragia.



En estos días de tribulaciones que nos toca vivir, ser político -o pertenecer a uno de sus partidos- está peor visto que robarle el bolso a una señora de noventa y siete años.

También en esto, como en todo, la procesión va por barrios. De hecho, algunos partidos políticos se ven afectados de una forma más evidente que otros. Entre el selecto grupo de los peor valorados destaca por méritos propios (y dos años de gobierno demoledor) el Partido Popular. Esta sensación general, más los dos años de políticas contra todos, han hecho aparecer las grietas en el principal partido de España. Poco han ayudado los innumerables casos de corrupción que abandera Luís Bárcenas.

Al PP le están afectando varias fugas preocupantes, a las que unir la falta de relevo en los puestos directivos de la mayor parte de sus demarcaciones territoriales. Esta absoluta falta de regeneración sanguínea, traslada a la sociedad una imagen de apoltronamiento.

En el Partido Popular , -hasta hace unas semanas- nadie dimitía y la regeneración era inexistente…Nadie se marchaba, a no ser que la corrupción extrema apestará tanto que su olor fuera insoportable; eso fue lo que le ocurrió a Ricardo Costa, Matas, Carlos Fabra o el mismísimo Luis Bárcenas.
Hasta hace bien poco, la única salida del PP era directamente por orden de los juzgados, pero eso ya ha cambiado.
La formación del partido VOX, ha quebrado la pétrea unidad de la derecha española, arremolinada de una a otra parte sobre el PP. Es una fractura propiciada por elementos destacados del propio partido, descontentos con la falta de políticas de extrema derecha.
Esta fractura – en principio intrascendente- podría cobrar visos de hemorragia en las próximas elecciones europeas, a las que muchos votantes del Partido Popular van a llegar tan hastiados, que pueden fácilmente depositar su voto a otras opciones de derechas, tal es el caso de UPyD o del propio VOX de Ortega Lara.
Más complicado es que el voto extremista que siempre ha aglutinado el PP termine en partidos de ultra derecha tradicional, del tipo Falange, Democracia nacional o cualquier otra versión española del el Ku Klux Klan.

Si UPyD puede arañar por la izda y VOX por la derecha, al ser las europeas una convocatoria con circunscripción única (los votos de toda España se juntan en cada candidatura), la sorpresa puede esperar a la vuelta de la esquina.
Los últimos en abandonar al PP han sido Alejo Vidal Quadras (que ideológicamente ya se había marchado hace tiempo) y el propio Mayor Oreja (un auténtico hooligans) , pero hay otros destacados dirigentes del PP que hace ya mucho tiempo están socavando los cimientos de su propio partido, como Esperanza Aguirre o el mismísimo José María Aznar.
Mientras todo esto sucede, en muchas delegaciones territoriales los únicos relevos que se producen -en los órganos directivos- son los que los juzgados propician. Secretarios Generales, Presidentes, Consejeros y Alcaldes repiten y repiten mientras los ciudadanos y la fiscalía se lo permitan.

Algo se resquebraja en el Partido Popular y, cabe esperar que la dispersión del voto a la derecha sea el camino a seguir. Algo nada descabellado si volvemos la vista a los países de nuestro entorno. Francia, Italia o Reino Unido son buenos ejemplos de cómo el espectro político conservador se reparte entre varias opciones políticas. Aquí en España, esto no ha sucedido desde la fundación del Partido Popular.
Veremos.

1 comentario :

  1. Normal. Los votantes del PP esperábamos políticas de derechas (y no de izquierdas). Mariano Rajao nos ha traicionado. Espero que se quede solito en estas elecciones. Es un puñetero traidor.

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