El arte por el arte.

En los últimos diez años -de manera mucho más intensa- he tenido la oportunidad de profundizar en el mundo de la pintura. Una pasión.
Como en cualquier otro ámbito de las artes, (de todo en general) en la pintura abunda la mediocridad y la fatua vanidad. Dos defectos que no solamente afectan a los artistas, (pintores) también a los galeristas, marchantes, subastadores, comisarios… Incluso a los propios coleccionistas. En esto, como en todo, no se puede generalizar; afortunadamente quedan artistas puros que cada día encaran el imponente desafío de colocarse frente a la pureza de una tela blanca y comenzar a crear.

Esta misma semana un pintor (tan mediocre como desconocido fuera de su “aldea”), se desnudaba en las páginas de los diarios regionales de su provincia, a consecuencia de la exposición que inauguraba. El desnudo terminó siendo pornográfico por el desvarío de sus postulados. Era tal la vanidad y el infundado ego que sus respuestas destilaban, que al terminar de leer la entrevista uno regresaba instintivamente a la cabecera de la portada, por ver si estábamos a 28 de diciembre.

Leyendo semejante cúmulo de barbaridades técnicas y existenciales de aquel pintor en su desvarío, recordé las palabras del profesor -y pintor argentino- Gustavo Cochet , que en su ensayo “Diario de un pintor” afirmaba con rotundidad que los pintores que viven y trabajan animados por los bajos apetitos materiales, por la hipocresía y por el pedante deseo de asombrar al mundo con su genio…Fracasan. Sin embargo, aquellos artistas que no han deseado otra cosa que la perfección de su arte y trabajado con humildad y constancia…Sin duda triunfarán.

Hoy mismo he descubierto un tesoro escondido en el lugar más insospechado. Una nave industrial de dos cuerpos abandonada desde hace treinta años, con las paredes quebradas y en mitad de la nada....En la Rioja. El trabajo de un artista puro, que por única motivación ha blandido la perfección de su arte sin pretender a cambio reconocimientos vacuos. Un creador que ha invertido su tiempo, su dinero y su concepción personal en crear en un espacio anónimo y perdido. Un artista callejero que expone su obra sin vigilancia ni publicidad…Sin padrinos ni conseguidores. Arte puro en lo más extenso de la palabra.

¿Y quién es él (o ella)?...No lo sé. Incluso pudiera ser que nunca lo sepa, pero tampoco importa demasiado. Lo importante de su obra es la sinceridad del arte cuando nace con la única pretensión de crear, de transformar la realidad física o imaginaria en un fruto tangible colgado ante los ojos de su creador.

Si alguien está interesado en ver esta exposición (fuera de cualquier circuito o galería) no tengo inconveniente en facilitar coordenadas; que me escriba. Es un espacio libre, de entrada gratuita y tienes garantizado poder contemplar las obras en la mayor de las soledades.
Podrás reflexionar sobre la obra de un artista que no recibirá el Galardón de las Artes 2014, ni le visitarán su muestra los caciques del régimen. Su pintura es simplemente verdad, porque eso es el verdadero arte… Verdad.


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