Quién nos iba a decir -hace tan solo tres años y medio- que aquellas formaciones que irrumpían abanderando la regeneración política, realmente llegaban al Parlamento para degradar la democracia y transformarlo en un circo a doble pista.
Para semejante misión mejor hubieran hecho quedándose en casa.
Esta IX legislatura, en la que se ha conmemorado el 30 aniversario del Parlamento de La Rioja en el Convento de la Merced, acaba con la irrefutable constatación de que los nuevos partidos (que iban a traer aire fresco a la institución), lo único que han aportado es esperpento, desvarío y escarnio.
Ayer conocíamos por la prensa que la única diputada de Ciudadanos, abandonaba su grupo parlamentario solicitando a la presidenta de la institución su permanencia como parlamentaria pero sin adscripción, tras su decapitación interna y los episodios vividos con ( o mejor dicho contra) sus tres compañeros varones que han derivado en bochornosos titulares de prensa en los que incluso se ha llegado a desvelar que la diputada, por miedo a ser agredida en el Parlamento, se hacía acompañar por su propio padre cada vez que asistía al edificio. A modo de guardaespaldas. Inaudito.
Sin entrar a valorar en el terreno personal esta singular situación, (porque en lo personal los aprecio a los cuatro) sí que resulta evidente que esta clase de sainetes desacreditan tanto a la formación política (que me importa muy poco o nada) como a la propia institución, lo cual es intolerable y denota la falta de categoría política y de responsabilidad en un partido y entre sus representantes.
Unos políticos que han demostrado no ser capaces ni de conseguir mantener las apariencias entre ellos, por lo que difícilmente pueden estar en posesión de la capacidad para representar a la ciudadanía.
Unos representantes públicos que anteponen sus cuitas internas a la labor institucional, dejando en suspenso sus responsabilidades y su tarea como parlamentarios. Intolerable.
En el Parlamento de La Rioja somos muchos los que contemplamos con espanto el descrédito y la falta de profesionalidad que los nuevos partidos han aportado a la vida política. Un descrédito en el que la formación “Podemos” también está participando con todo interés, protagonizando episodios lamentables en los que se han reproducido todo tipo de situaciones grotescas.
Los nuevos partidos que venían a terminar con el “bipartidismo” lo único que han traído es desgarro y “bufonismo”. Querellas en los juzgados, gritos desvergonzados en los despachos, enmiendas y propuestas descabelladas, intervenciones incalificables, inestabilidad institucional, inconsistencia ideológica, mercadeo, presunto acoso laboral a sus propios trabajadores, falta de coherencia y un intolerable desprecio hacia la más importante institución de la democracia en La Rioja.
Si hay alguien en la dirección de estas formaciones políticas que tenga dos dedos de frente y unas libras de autoridad, tendría que pensarse seriamente renunciar a presentar candidaturas al Parlamento de La Rioja para la próxima legislatura. Que piensen en La Rioja, en sus habitantes, y en la imagen tan patética como irreal que están trasladando de una institución que no la merece.
Que piensen en el resto de diputadas y diputados que trabajamos con seriedad, vocación y entrega, y no se olviden de que con su conducta egoísta e irresponsable nos desacreditan a todos; también a los funcionarios de la casa, que cada mañana se dirigen a su puesto de trabajo con el miedo de encontrarse ante una nueva entrega de este bochornoso episodio, que Podemos y Ciudadanos están protagonizando.
Para la próxima que se queden en casa…La democracia se lo agradecerá.