miércoles, 8 de octubre de 2025

Miles de animales morirán en el vaciado del embalse del Perdiguero en Calahorra.

La estanca del Perdiguero, conocida técnicamente como embalse del Perdiguero, (y coloquialmente como “pantano”), es una obra hidrológica de acumulación de agua, construida inicialmente en 1888, partiendo de una depresión natural de carácter endorreico, que acumulaba de forma natural aguas de lluvia.

A finales del siglo XIX se levantó la presa inicial, utilizando para ello materiales arcillosos de la propia zona. La extensión de la lámina de agua era entonces de 14 ha, y su capacidad de 400.000 m3.

No fue hasta la primavera de 1988, cuando el embalse sufrió un vaciado total para acometer obras de ampliación de la capacidad de acumulación. En ese momento se levantó la nueva presa que vemos en la actualidad.

A lo largo de sus primeros 100 años de existencia, el pantano se había convertido en un enclave natural de primer orden, con comunidades faunística y botánicas de elevado interés, tanto desde el punto de vista de la fauna subacuática, como de las poblaciones de aves acuáticas -y de otra índole- que frecuentaban el espacio. En aquellos momentos, el pantano del Perdiguero estaba dotado de una inmensa orla perimetral de carrizo, así como de un soto natural de ribera en su extremo oeste. Todo eso fue aniquilado por las obras de recrecimiento del embalse.

Dichas obras, acometidas a finales del siglo XX, dieron como resultado un aumento de la capacidad hasta los 2,5 millones de m3 y 43 Ha de superficie, con una inversión de 250 millones de pesetas que fueron sufragadas por el Ministerio de Transportes y Obras Públicas al 90%. El otro 10% lo puso la Comunidad General de Regantes de Calahorra, en concreto 25 millones de pesetas.

Pese a sufragar únicamente el 10 % del presupuesto inicial de la actuación, la propiedad de esta obra pública, (que superó ampliamente dicho presupuesto ) es de la Comunidad General de Regantes. Una vez concluidas, se comenzó a llenar en diciembre de 1992.

Durante más de 32 años, el Perdiguero ha ido evolucionando desde el punto de vista ambiental. La aparición de un nuevo carrizal tardó más de 20 años y actualmente sigue siendo muy escaso. El arbolado de ribera, tres décadas después,  sigue sin recuperarse.

Desde el punto de vista de la fauna, a lo largo de las más de tres décadas transcurridas, han ido apareciendo diferentes especies acuáticas, que en el caso del grupo de las aves han sido muy variadas. Se han avistado más de 150 especies diferentes a lo largo de este periodo.

Dentro del grupo de los peces, varias especies han llegado por sus propios medios al embalse a través de los canales de llenado y, otras muchas, han sido introducidas de forma deliberada por el ser humano. La mayor parte de las veces con un interés piscícola, para su aprovechamiento como coto de pesca deportiva.  Por último, algunas otras especies han llegado al embalse procedentes de introducciones deliberadas o de escapes involuntarios.

En la actualidad, en el embalse del Perdiguero, (no solo en su perímetro, sino en el interior de sus aguas) se desarrollan complejas comunidades faunísticas, entre las que abundan diferentes especies pertenecientes al grupo de los invertebrados dulceacuícolas, destacando la presencia de los bivalvos de agua dulce, (de los géneros “Unió” y “Anodonta”). Estos animales fueron durante años trasladados al embalse, rescatados cuando se realizaban actuaciones de canalización de regadíos tradicionales en toda La Rioja Baja.

También importantes y numerosas son las comunidades piscícolas, que están compuestas tanto por ejemplares de especies autóctonas, tal es el caso del barbo común, el Gobio Ibérico, la Anguila o la Tenca, así como una variada representación de especies alóctonas, que han terminado dentro del propio embalse. Introducidas en ocasiones por la administración y otras por los particulares para la pesca deportiva. Entre estas especies se podría destacar la presencia de lucio, pez gato, siluro, lucioperca, trucha de arcoíris, diferentes variedades de carpas y carpines, alburnos, black bass o gambusia.

Del mismo modo,  en el interior de las aguas del embalse desarrollan sus ciclos otros animales de diferentes grupos faunísticos, tal es el caso de la rata de agua, el musgaño de Cabrera, la culebra viperina, o el escaso y en peligro de extinción, galápago leproso…todas ellas especies autóctonas. También hemos detectado variedad de galápagos alóctonos, tales como las tortugas de Florida y de otras procedencias, todas ellas exóticas, que en su día fueron adquiridas como mascotas y que han terminado siendo liberadas de forma irresponsable en el embalse.

Pero por encima de todas estas especies, hay una que por su singularidad y por ser considerada en peligro de extinción en La Rioja, merece una mención especial. Se trata del pez fraile (1), un diminuto pececillo, de no más de 10 cm de largo, que actualmente mantiene una estratégica, abundante y sana población en el embalse del Perdiguero y, que se va a ver abocada al exterminio con una nueva operación de vaciado del mismo, que ya se están llevando acabó. 


Una operación traumática, que fue anunciada por carta a los usuarios el pasado 29 de septiembre, por la propia Comunidad General de Regantes de Calahorra. En dicha carta se afirma que es necesario vaciar por completo el embalse para proceder al cambio de dos válvulas de cierre, que, por lo visto, no funcionan del todo correctamente. Es por ello que, a lo largo de este otoño, se vaciara por completo el embalse para proceder al cambio de dichas válvulas.

El vaciado del embalse del Perdiguero, tal y como puede comprobarse fácilmente a simple vista, ya ha comenzado. Se inicia por tanto la cuenta atrás para la vida de miles de animales. 

Si recordamos situaciones de vaciado total que se han dado en otros embalses similares, cuyos fondos son de fango y lodo, se puede afirmar sin el menor género de dudas que la mortandad va a ser elevadísima si no se adoptan las medidas oportunas y sobre todo los medios necesarios para impedirlo. Siendo siempre conscientes de que aun adoptándolos va a ser imposible evitar que muchos acaben agonizando en el fango…Entre ellos la totalidad de la población de pez fraile, una especie declarada en peligro de extinción, y que por su particularidades biológicas y de comportamiento, va a ser casi imposible rescatarlos en un fondo fangoso. 



2 comentarios :

  1. ¿Y para hacer eso tienen autorización los propietarios?

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    1. No lo sé, pero no me cabe duda de que la propiedad del embalse contará con todas las autorizaciones necesarias para el vaciado, la reparación y el posterior llenado nuevamente. Es una actuación programada.

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